La treintena de brotes declarados este año no son fruto de uno grande que haya afectado a todos estos países, como explicó la entidad. En la mayoría, "se deben a condiciones específicas de cada uno de estos lugares" y en algunos de ellos, como Irak, "ya han conseguido controlarlos”, destacó Médicos sin Fronteras.

Según MSF, incluso si los expertos suponen que un brote de una enfermedad, a menudo llamada "diarrea acuosa aguda", es en realidad cólera. Por ello, no existen fuentes públicas y oficiales que enumeren todos los países en los que ha habido cólera en 2022.

Los factores que incrementan el riesgo de que se produzca un brote de cólera son "bien conocidos" y están siempre relacionados con la falta de acceso al agua potable y con el tratamiento inadecuado de las aguas residuales.

Según un estudio de 2015, se producen entre 1,5 y 4 millones de casos de cólera al año. Los posteriores estudios son "menos sólidos de cara a las estadísticas", según MSF, porque incluyen los datos de la gran epidemia de Yemen, que alteran todas las medias anuales. Dicha epidemia, considerada la mayor de la historia por la Organización Mundial de la Salud (OMS), provocó casi 4.000 muertes y dejó un registro de 2,5 millones de casos declarados desde 2016 a 2021.

Sin embargo, hay ciertos elementos como son las crisis políticas o militares prolongadas, que pueden provocar una falta de mantenimiento de las infraestructuras de agua potable o alcantarillado. Es el caso de países como Haití, Somalia y Siria.

Otras causas relacionadas con esta enfermedad son factores climáticos y agravados por la actual emergencia climática son el calor y la sequía, que pueden reducir la cantidad de agua potable, haciendo que la población tenga que recurrir al consumo de agua procedente de fuentes no seguras. Por otro lado, las inundaciones pueden facilitar la propagación de la bacteria a fuentes de agua que previamente eran seguras.

Por último, MSF destacó que en 2022, países como Somalia, Kenia y Etiopía sufrieron graves sequías. Además, otros, como Sudán del Sur y Nigeria, se enfrentaron primero a fuertes sequías y posteriormente a graves inundaciones.