Según Ignacio Buqueras, presidente de Arhoe, "España debe adoptar, de una vez por todas, el uso horario del Meridiano de Greenwich, el que nos corresponde por situación geográfica, y abandonar el de Berlín, en el que estamos desde el 2 de mayo de 1942".

Por otro lado, basándose en la teoría de que el cambio de horario se sustenta en que con el adelanto de los relojes se produce un mejor aprovechamiento de las horas de luz, con el consiguiente ahorro energético, los responsables de esta comisión advierten de que esta modificación no tendrá el efecto que se persigue, a menos que se acompañe de verdaderas medidas de racionalización horaria.

Tal y como asegura Buqueras, "en la práctica, ese ahorro energético no es significativo, puesto que las jornadas de trabajo siguen siendo maratonianas y se sale de trabajar a horas intempestivas, practicando más la cultura de la presencia que la de la eficiencia".