“Yo confié en Bárcenas y contesté a sus mensajes, y hablé con él, y le pedí que dejara la tesorería en julio de 2009, y lo hizo. Y en 2010 dejó el Senado y la militancia en el PP”, relató Rajoy ante el Pleno del Congreso de los Diputados, reunido en el Senado por las obras en la Cámara Baja.

Insistió en que Bárcenas fue desimputado y que cuando él llegó a la Presidencia del Gobierno no estaba imputado ni tenía ninguna responsabilidad en el PP.

“¿Cómo se puede desconfiar?”, se preguntó, si año tras año el Tribunal de Cuentas auditaba sin problemas las cuentas del PP. Ante los abucheos de la oposición, Rajoy pidió que le dejaran hablar, “si nombraron director general de la Guardia Civil a quien nombraron”.

“¿Qué sospechas era legitimo albergar sobre quien parecía haber cumplido lealmente su misión con tres presidentes distintos?”, se preguntó.

Insistió en que las acusaciones contra él se basan en hechos que judicialmente “nadie ha probado”, y juzgó un “acto de irresponsabilidad manifiesta” la ruptura de relaciones con el Gobierno por parte del PSOE, lo cual está impidiendo la renovación de órganos como el CGPJ, quizá porque Rubalcaba lo ve como “la tabla de salvación de su liderazgo”.