La ONU duda de la recuperación de Filipinas tres meses después del tifón Haiyan

- Las agencias de Naciones Unidas reclaman más fondos para la fase de rehabilitación, cuando este sábado se cumplen tres meses del desastre natural

MADRID
SERVIMEDIA

El pasado 8 de noviembre, el tifón Haiyan arrasó el centro del archipiélago de Filipinas, especialmente la provincia de Leyte y la ciudad de Tacloban, y afectó a más de 16 millones de personas y dejó sin hogar a más de 4 millones. Este sábado se cumplen tres meses de la catástrofe causada por el tifón más devastador que nunca haya tocado tierra y la ONU, a través de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) aplaude la respuesta de la ayuda de emergencia, pero pone en duda la recuperación a largo plazo para la población damnificada.

No en vano, esta agencia de Naciones Unidas apenas ha recibido un 30% de los 57,6 millones de dólares (42,3 millones de euros) solicitados para los seis primeros meses tras la catástrofe. “Si no ponemos medidas a largo plazo, en lugar de los cientos de miles de personas que han perdido sus hogares y medios de vida, vamos a terminar dejando a la población en peor situación que antes de la tragedia”, advierte el jefe de la OIM en Filipinas, Marco Boasso.

Este llamamiento de Boasso, lanzado a los tres meses del paso de Haiyan, se produce ante una creciente conciencia de que la ausencia de soluciones duraderas conllevará a que las personas afectadas “reconstruyan peor” si no reciben los materiales y la asistencia técnica necesaria.

“Tienen que tomarse decisiones difíciles para que los cientos de miles de personas que están en el limbo puedan seguir adelante con sus vidas, reconstruir sus hogares, encontrar trabajo y enviar a sus hijos a la escuela”, dijo.

Después del desastre natural, el Gobierno de Filipinas, fue actualizando la magnitud de la catástrofe a través de boletines diarios elaborados por el Consejo Nacional para la Reducción y Gestión de Desastres.

Las principales cifras de la emergencia no cambiaron en las últimas semanas y el último boletín del Ejecutivo filipino, con fecha del pasado 29 de enero y al que tuvo acceso Servimedia, señala que el tifón Haiyan ha afectado a un total de 16.078.181 personas (de 3.424.593 familias), además de provocar la muerte a 6.201, en tanto que otras 28.626 resultaron heridas y otras 1.785 continuaban desaparecidas.

Además, Haiyan ha dejado sin hogar a 4.095.280 personas (de 890.895 familias), de las cuales 101.527 se encontraban en alguno de los 381 centros de evacuación.

En cuanto a los efectos en las viviendas, el tifón dañó un total de 1.140.332 casas, de las cuales 550.928 quedaron completamente destruidas y 589.404 se hallan parcialmente deterioradas.

RECIBIDOS UN 44% DE LOS FONDOS NECESARIOS

Otras agencias de la ONU comparten el sentir de la OIM, en el sentido de que reclaman más fondos para proyectos a corto y medio plazo, como el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Por otro lado, la responsable del Equipo de Emergencia de Acción contra el Hambre en Filipinas, Chiara Saccardi, destacó este viernes en una rueda de prensa en Madrid que Naciones Unidas sólo ha conseguido cubrir un 44% del llamamiento de emergencia de 580 millones de euros para este año en Filipinas, un país “acostumbrado a los tifones” porque cada año pasan por este archipiélago entre 20 y 25.

La OIM destaca que la ayuda de emergencia ha sido un éxito en gran parte por “la capacidad de recuperación y el dinamismo del pueblo filipino y las agencias gubernamentales”, pero esta fase toca a su fin para dar paso a otra de recuperación.

“Estamos terminando la fase de respuesta de emergencia, para salvar vidas, y, a la vez, hemos empezado la fase de rehabilitación para restablecer los medios de vida. El tifón ha supuesto la pérdida de los medios de vida de poblaciones como los pescadores y los agricultores de coco, que lo han perdido todo”, señala Saccardi, quien alabó la labor del Gobierno de Filipinas, al que calificó de “muy resiliente, fuerte y comprometido”, y de la población de este país, “muy fuerte, orgullosa y trabajadora”.

Las necesidades continúan siendo enormes, teniendo en cuenta que se perdieron unos 33 millones de árboles de coco, una de las industrias más importantes del país, casi seis millones de trabajadores vieron destruidos o interrumpidos sus medios de vida y alrededor de 30.000 barcos de pesca quedaron inutilizados.

“Hace falta más financiación y planificación si queremos aprovechar los éxitos iniciales y evitar el fracaso. Es imperativo que las personas más vulnerables tengan vivienda a largo plazo y que trabajemos en la reubicación para todos los que viven en zonas potencialmente peligrosas. Si eso no ocurre, seguirán los desplazamientos y las comunidades vulnerables vivirán a la intemperie”, apostilló.

En esta línea crítica se mantiene Oxfam, que destaca, en su informe ‘Tres meses después del tifón Haiyan’, que millones de filipinos pobres se encuentran “en la cuerda floja” y se enfrentan a la incertidumbre de cómo van a sobrevivir en los próximos años.

Oxfam señala que la enorme respuesta humanitaria inmediatamente posterior al tifón que azotó Filipinas el pasado mes de noviembre ha logrado salvar miles de vidas, pero, “tres meses después, la ayuda no llega a sus víctimas más pobres: productores de coco, comerciantes y pescadores”.

“Las familias agricultoras no sólo se enfrentan a años de ingresos perdidos sino, además, a una carrera contrarreloj para despejar la tierra de árboles caídos antes de que estos vuelvan a echar raíces en poco tiempo. El serrín y la madera caída son un caldo de cultivo para plagas, en especial la del escarabajo rinoceronte, que infestará los pocos árboles en pie a menos que la tierra sea desbrozada para replantar”, explica Oxfam en su informe.

Por su parte, Médicos Sin Fronteras (MSF) recalca que, si bien la ayuda humanitaria sigue al ritmo adecuado, la recuperación llevará bastante más tiempo. “Aunque la gente trata de volver a tener una vida normal, se están dando cuenta de que la normalidad nunca va a volver”, dice Alexander Buchmann, coordinador de emergencia de esta organización en Guiuan.

Save the Children ha elaborado una encuesta a 174 niños filipinos, que ha recogido en el informe ‘Mírame, pregúntame, escúchame: recomendaciones de los niños para la recuperación tres meses después del tifón Haiyan’, donde destaca que los menores necesitan mejores sistemas de alerta frente a los desastres.

LA AYUDA REALIZADA

Por otra parte, algunos organismos humanitarios han facilitado cifras de su trabajo en estos tres primeros meses. Por ejemplo, más de 2,8 millones de personas han recibido ayuda alimentaria y nutricional de emergencia gracias al PMA, el Gobierno filipino, las agencias de la ONU y las ONG.

Además, el PMA ha puesto en marcha un programa para facilitar dinero en efectivo a unos 500.000 filipinos a cambio de trabajo, lo que les ha permitido cubrir algunas necesidades y ha contribuido a estimular los mercados locales.

Unicef ha contribuido a que unos 420.000 niños que residían en áreas muy dañadas por el ciclón puedan asistir de nuevo a clase, después de que fueran reparadas algunas escuelas y se habilitaran tiendas de campaña o centros educativos provisionales.

“Estamos logrando un progreso real, pero hay que hacer mucho más para restablecer los derechos de estos niños y devolverles la posibilidad de que alcancen todo su potencial. El personal de Unicef trabaja contrarreloj para proporcionar ayuda de urgencia”, comentó Angela Kearney, representante de esta agencia de la ONU en Filipinas.

La red internacional de Cáritas ha ayudado con alimentos, agua y refugio a unos 500.000 damnificados por el tifón, en tanto que Cruz Roja y Acción Contra el Hambre afirman que asistirán a las personas afectadas durante los dos próximos años para que puedan recuperar sus medios de vida.

(SERVIMEDIA)
08 Feb 2014
MGR/gja/caa