En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, Erkoreka dijo que "lo que está fuera de todo lugar son gestos simbólicos y no efectivos", porque de los primeros la sociedad vasca "ya está satisfecha y sobrada", por lo que "esto debe tocar a su fin". En su lugar, reclamó a la banda "actuaciones concretas dentro de lo comprometido".

Hecha esta precisión, el portavoz del Gobierno vasco no dio mucha importancia a que ETA haga un anuncio oficial este viernes, como se rumorea, o más adelante. "Si es este viernes, mucho mejor que la semana que viene", reconoció, para aclarar después que las "fechas", las "circunstancias" y los "instrumentos" son "cuestiones de segundo orden".

Erkoreka también rehuyó las preguntas de los periodistas sobre si el Gobierno vasco es optimista o pesimista al respecto, algo que le parece "irrelevante". A su modo de ver, lo importante es que el proceso "inexorable" del fin de ETA se haga cumpliendo "explícita o implícitamente" con las cinco condiciones que marca el Plan de Convivencia del Ejecutivo autonómico, que a su juicio suponen un suelo común en el que están de acuerdo todos los partidos vascos.

Tales condiciones serían que se produzca un desarme ordenado, completo y verificable; el reconocimiento del daño injusto causado y el de todas las víctimas, la asunción de la legalidad penitenciaria y las opciones individualizadas que contempla y tener en consideración a las cuatro tradiciones políticas vascas.

Para el proceso, Erkoreka deseó la mayor implicación política posible, incluida la del Gobierno central, y también la de la comisión internacional de verificación, con cuyos miembros recordó que el lehendakari, Íñigo Urkullu, mantiene una "relación estrecha y fluida" desde antes de su llegada al poder.