Así lo indicó en la Comisión de Hacienda y Administraciones Públicas del Congreso de los Diputados, que debe dar luz verde a su nombramiento.

Escrivá señaló que el “adecuado” desarrollo de las funciones del organismo puede “coadyuvar a un cumplimiento más estricto del principio constitucional de estabilidad presupuestaria”.

Además, puede “contribuir a corregir el déficit actual de credibilidad sobre la sostenibilidad a medio plazo de las finanzas públicas”. Todo ello, dependerá de la “independencia efectiva” de la institución, añadió.

Escrivá destacó que una pieza importante será el estatuto orgánico del organismo, que deberá ser aprobado por el Consejo de Ministros, resulta “crucial para que esta autonomía quede efectivamente garantizada”.

El que será presidente de la Autoridad de Responsabilidad Fiscal es el “último eslabón” del refuerzo del marco presupuestario nacional, que comenzó en el verano de 2011 con la reforma de la Constitución.

“España desgraciadamente lleva soportando en los últimos años las limitaciones para su desenvolvimiento económico, que se deriva de la pérdida de credibilidad de sus finanzas públicas”, subrayó.

En este contexto, aseguró que para “restaurar la credibilidad de las finanzas públicas y devolver a la política presupuestaria su papel estabilizador del ciclo económico son indispensables cambios en el marco institucional”, entre los que se encuentra la creación de este organismo.

Escrivá quiso dejar claro que “buena parte de la independencia” de la institución depende de que cuente con “recursos humanos y financieros estables”, con profesionales “bien capacitados técnicamente para cumplir sus funciones con rigor”.

Tras la comparecencia del candidato a presidir la Autoridad Fiscal propuesto por el Gobierno, los miembros de la Comisión emitirán un dictamen sobre conflicto de intereses. Además, tendrán que manifestar la aceptación de la propuesta de nombramiento, lo que sucederá gracias a la mayoría parlamentaria del PP.