Así se pronunció a preguntas de los periodistas en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, donde elogió que los verificadores “están llevando a cabo una acción positiva y constructiva, transmiten honestidad y credibilidad”, y señaló que “actuar con responsabilidad pasa por apoyar iniciativas bien encaminadas y solventes que están orientadas en la buena dirección”, como la suya, garantizándoles compromiso institucional.

Erkoreka justificó además la “excepcionalidad” de que el lehendakari, Iñigo Urkullu, apoyara en Madrid a los verificadores, por el hecho de que también la actuación judicial llamándolos a declarar “ha sido inédita” y “sin parangón” en el resto de lugares del mundo donde se han abordado procesos similares.

Sobre las dudas que han surgido respecto al sellado de armas, el portavoz del Gobierno vasco otorgó hoy más importancia al cambio “cualitativo” que supone el que ETA escenificara su desarme, y a que los verificadores atestiguaron que las armas quedaron selladas y “fuera de uso operativo”, que al hecho “cuantitativo” de su entrega efectiva.

Según razonó, “ETA hasta ahora planteaba una negociación bilateral con los Estados español y francés y subordinaba cualquier gesto de desarme” a su inicio, y ahora “hemos pasado a una posición en la que ETA asume su desarme unilateral e incondicional”. He ahí, según Erkoreka, la diferencia cualitativa del acto del viernes.

No obstante, el portavoz del Gobierno contestó a Sortu, que dijo que “ETA poco más puede hacer”, afirmando que “a ETA no solo se le puede, sino que se le debe exigir más”. Ahora bien, puntualizó, si la banda no lleva más lejos su desarme, no será por los verificadores, de quienes está seguro de que “estarían dispuestos a acreditar un desarme completo e irreversible en pocos días”.

Erkoreka aseguró que la convicción que tiene el lehendakari sobre la credibilidad de los verificadores se la ha trasladado a todos sus interlocutores, incluido el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y rechazó que el apoyo que mostró el viernes a aquéllos deba generar un distanciamiento entre ambos ejecutivos, dado que Urkullu se ha comportado siempre con máxima honestidad y lealtad institucional.