De los 83 obispos, 44 ya culminan su visita, programada del 24 de febrero al 3 de marzo. El otro grupo de 39 prelados hará lo mismo del 3 al 8 de marzo. Durante estos días, los obispos tendrán ocasión también de encontrarse con los responsables de los distintos dicasterios de la curia romana.

En el primer grupo, que finaliza hoy su visita, han participado los representantes de las provincias eclesiásticas de Burgos, Pamplona, Zaragoza, Madrid, Toledo, Mérida-Badajoz, Valencia y Valladolid y el arzobispo castrense. Tras el encuentro con el Papa, llega el turno de los obispos de las provincias eclesiásticas de Barcelona, Tarragona, Granada, Santiago de Compostela, Oviedo y Sevilla, que estarán en el Vaticano hasta el próximo sábado.

Este tipo de encuentros suele celebrarse cada cinco años, aunque la última visita tuvo lugar del 17 de enero al 6 de marzo de 2005 y no pudo completarse debido al empeoramiento de la salud del Papa Juan Pablo II. Durante el pontificado posterior, el de Benedicto XVI, aunque éste viajó tres veces a España (2006, 2010 y 2011), no se realizó ninguna ‘visita ad limina’ de los obispos españoles.

Aunque estas visitas se comenzaron a celebrar en el siglo IV, hasta 1585 (con Sixto V) no se institucionalizaron. Según el Derecho Canónico, los obispos diocesanos deben visitar las tumbas de los apóstoles, encontrarse con el sucesor de Pedro y presentar un informe o relación de sus respectivas diócesis cada lustro.