Según informó hoy la compañía, las ventas sumaron 19.812 millones de euros, casi un 4% más con respecto a los 19.077 millones del año 2012. Además, por volumen, las ventas aumentaron un 2%, hasta los 9.845 millones de kilos y litros.

En cuanto al empleo, Mercadona cerró el ejercicio con unos 74.000 empleados, prácticamente la misma cifra que en el año 2012 y que además han mejorado su productividad un 6%.

"La implicación y el compromiso de sus empleados ha permitido cumplir con los distintos objetivos marcados por la compañía, motivo por el que, dentro de su política de retribución variable vinculada a la consecución de resultados, ha decidido repartir entre sus trabajadores más de 257 millones de euros en concepto de prima por objetivos", explica la entidad.

La compañía destaca también que el 85% de sus compras son de productos y servicios españoles, más de 14.500 millones de euros.

Además, Mercadona pagó el año pasado en impuestos unos 1.465 millones de euros, un 12% más que en el ejercicio tributario anterior. De este total, 632 millones de euros corresponden a la Seguridad Social; 237 al Impuesto de Sociedades, cantidad que supone una tributación del 33% de sus beneficios; 524 a la recaudación del IVA y del IRPF; y 72 a otros impuestos y tasas.

AÑO DE INFLEXIÓN

Para el presidente de Mercadona, Juan Roig, 2013 "ha sido un año de inflexión en Mercadona, en el que hemos puesto las bases de lo que queremos ser como compañía en los próximos 6 años".

"Ahora toca reinventarnos de nuevo para poner en marcha en Mercadona una cadena agroalimentaria sostenible", apuntó Roig durante la presentación de resultados.

Esta sostenibilidad, prosiguió el presidente de la cadena, implica la satisfacción de los cinco componentes de toda la cadena: de los clientes, los trabajadores, los proveedores, el capital y la sociedad, para poner en valor el trabajo de los agricultores, pescadores y ganaderos españoles "y poder ofrecer un gran surtido de productos frescos de gran calidad al mejor precio posible".

Por último, Roig subrayó que "si hay algo en lo que firmemente creo es que el crecimiento de una empresa pasa por reconocer la implicación de sus trabajadores y compartir con ellos el beneficio generado".

En este sentido, el primer ejecutivo de la entidad defendió que la solución es aumentar la productividad y no bajar los salarios.

"En esa creencia se basa nuestra política retributiva, que permite que cualquier cajera, cajero, reponedora o reponedor de la compañía con más de cuatro años de antigüedad, el 80% de la plantilla actual, disponga de un salario de 1.400 euros netos al mes", explicó Roig. Además, a ello se suma, en su caso, dos mensualidades más de primas por objetivos.