Esta prueba deberá incluir, según UPyD, un aumento del tiempo para la realización de las pruebas no inferior a 30 minutos y medidas para asegurar la correcta comprensión de los aspectos del examen, como la lectura en voz alta de sus cuestiones, la explicación de las tareas a realizar, así como la comprobación de que no haya preguntas sin contestar por error.

Asimismo, se proponen “criterios específicos para la corrección de las pruebas de alumnos con dislexia, con correcciones basadas en el contenido, sin que las faltas de ortografía puedan penalizar la nota final en aquellas pruebas distintas de las de lengua” y para la corrección de las “pruebas de lengua o idiomas extranjeros, que establezcan tipos de normas ortográficas; de suerte que se pondere la comisión de las mismas en función de las dificultades específicas de los alumnos con dislexia y se impida la penalización de la reiteración de determinadas faltas”.

El autor de la iniciativa, el diputado de UPyD Ramón Marcos, expone en el texto, al que tuvo acceso Servimedia, que “en Cataluña se ha llegado a un acuerdo para ofrecer al alumnado disléxico una atención especial que incluye la no penalización por las faltas de ortografía, la adscripción de tribunales específicos, más tiempo para la realización de las pruebas, e instrucciones específicas para los correctores de las pruebas de lenguas”.

Asimismo, añade, “en Andalucía se ha elaborado un manual para la atención educativa del alumnado con dificultades específicas de aprendizaje, en el que se incluye la dislexia y se recoge la adaptación de las pruebas de acceso a la universidad al perfil del alumnado disléxico, con el incremento del tiempo de duración de los exámenes, la realización de pruebas con ordenador, o adaptaciones en la presentación de la información escrita, entre otras medidas”.

Marcos explica en la iniciativa que la dislexia “no constituye una discapacidad reconocida conforme al Real Decreto 1971/1999, de 23 de diciembre, dado que se trata básicamente de un trastorno neurológico que, sin afectar a la inteligencia, dificulta el aprendizaje de la lectura, de la escritura y del cálculo”.

“Los alumnos que la padecen, sin embargo, necesitan también medidas específicas que compensen esa dificultad, que van más allá de una simple extensión del tiempo para realizar las pruebas de 15 minutos, para poder realizar las pruebas de acceso a la universidad en condiciones de igualdad efectiva”, indica el diputado del UPyD.