Desde ese momento, todas las banderas de los edificios municipales ondean a media asta y se suspendieron cuantos actos oficiales pudieran contravenir el sentimiento de luto. Además, según avanzó el alcalde, Ángel Luis Alonso, el Ayuntamiento procederá a aprobar una ordenanza de distinciones y reconocimientos públicos para, después de consultarlo con la familia, buscar la forma de sumar otro homenaje desde el municipio.

El Ayuntamiento cebrereño, en nombre de todos los vecinos, trasladó a la familia Suárez sus condolencias, asegurando que se trata de un día “de tristeza” para sus vecinos y para toda España. En la declaración oficial se ensalzó la “valentía, dignidad y capacidad de consenso” de la figura de Adolfo Suárez y se valoró el “esfuerzo” realizado, sin el que no hubiera sido posible la democracia actual.

Por ello, se consideró una “obligación reivindicar su legado político” y se hizo un llamamiento a “recuperar sus valores”, como un camino efectivo para solucionar los problemas actuales. “Gracias, Adolfo, por el gran trabajo que hiciste”, subrayó el Pleno.

A continuación del pleno extraordinario, un millar de cebrereños se concentraron en la Plaza Mayor para sumarse a los tres minutos de silencio con los que quisieron manifestar el respeto y el apoyo a la familia del expresidente. La plaza se inundó de rostros compungidos, de lágrimas y de emoción contenida que estalló en aplausos al finalizar el tiempo de silencio; aplausos que se prolongaron durante más de un minuto. Entre los aplausos se colaron dos gritos que resonaron en toda la plaza: “¡Viva Suárez!” y “Gracias por la democracia”.

El alcalde de Cebreros, Ángel Luis Alonso, expresó el orgullo de todo el pueblo por su “personaje más ilustre”, el que “ha llegado más lejos” al llegar a presidente del Gobierno y conseguir un objetivo que parecía imposible entonces, “unir a las dos Españas”. “El espíritu de la Transición era él mismo”, aseveró, para ensalzar su “generosidad, diálogo, carisma y concordia”.

Alonso hizo extensivo a todo el municipio el “dolor” por el fallecimiento de Suárez, que va inevitablemente unido a sentimientos como el “reconocimiento y el afecto”.