En una rueda de prensa en Copenhague junto a los otros tres activistas detenidos, celebrada a bordo del buque Rainbow Warrior, López de Uralde afirmó hoy que “hemos cometido un delito menor para evitar un crimen mayor”.

En su opinión, los 20 días que pasaron en prisión preventiva fueron “un castigo desproporcionado”, y afirmó que "el trato en prisión ha sido innecesariamente cruel”.

“No hay motivos para que activistas pacifistas no puedan hacer una llamada a sus familias en navidades o carezcan de todo tipo de comunicación”, denunció López de Uralde.

Además, Greenpeace ha prestado su colaboración en la investigación desde el principio, prosiguió el director, “pero el único interrogatorio que se nos ha hecho fue después de 20 días en prisión", puntualizó.

López de Uralde terminó su comparecencia con un llamamiento al Gobierno de México, donde se celebrará la próxima Cumbre del Clima en diciembre, y solicitó al gobierno azteca que “exija a los líderes mundiales una acción contundente contra el cambio climático y también deje espacio a los ciudadanos para poder expresarse".

Según Greenpeace, los cuatro activistas fueron puestos en libertad con cargos (allanamiento de morada, falsificación de documentos y suplantación de autoridad pública con el agravante de presencia de la Reina) por lo que se enfrentarían todavía a juicio en los tribunales daneses y a posibles penas de prisión.