Silva, en una entrevista con Servimedia, aseguró que es “delirante” e “incomprensible” que Blesa, del que destacó que está “imputado”, se alojase en una residencia oficial española en la capital británica.

En este sentido, Silva, que tiene pendiente el juicio de prevaricación por su instrucción del ‘caso Blesa’ y que se presenta a las elecciones europeas con la candidatura Movimiento Red, se preguntó “en concepto de qué Blesa aparece alojándose en domicilios consulares que tienen un cierto aspecto de imagen de España, de imagen corporativa”.

Este magistrado dijo que debe aclararse “qué hace un imputado como Miguel Blesa alojándose tranquilamente en este tipo de domicilios”, al tiempo que se preguntó si “iba a realizar alguna misión consular, algún tipo de trabajo en favor de España”. A su juicio, “habrá que pedir una rendición de cuentas por parte del embajador y por parte de Asuntos Exteriores”.

REAPERTURA DEL ‘CASO BLESA’

Al mismo tiempo, Silva anunció su intención de presentar ante el juzgado de Instrucción número 9 de Madrid "tres nuevos bloques indiciarios" para la reapertura del 'caso Blesa', por la concesión de un crédito de 26 millones de euros al grupo empresarial de Gerardo Díaz Ferrán en 2008.

Silva, que fue apartado de la judicatura y está pendiente de juicio, es candidato a las elecciones europeas del Movimiento RED y, por tanto, está en plena campaña alectoral para los comicios que se celebrarán el próximo domingo.

El Movimiento RED va a solicitar "un certificado" al Banco de España que le obligó a cerrar la investigación en 2010, con el argumento de que no se había producido ninguna irregularidad en el préstamo que la entidad presidida por Miguel Blesa concedió al Grupo Marsans.

Otra de las novedades anunciadas por Silva implican a la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) que, según Silva, indica que la gestión de Blesa “coincide con una imprudencia relevatemente grave” y que está en poder del juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu.

El tercer indicio nuevo, pone en duda que Caja Madrid concediera ese crédito a Marsans en 2008, cuando una de sus empresas, Air Comet, estaba ya quebradas y había dudas sobre el futuro de la compañía.