Estos datos ponen de manifiesto que la bollería y pastelería industrial va ganando terreno a los tradicionales bocadillos. Pese a ello, todavía el 40 por iento de los niños prefieren para el almuerzo del recreo y la merienda bocadillos o sandwiches. Según la OCU, la bollería gana en el almuerzo y los bocadillos en la merienda.

La encuesta indica también que el 11,5 por ciento de los niños toma yogures en las comidas entre horas, un 11 por ciento fruta, un 5 por ciento galletas, un 4 por ciento leche, un 1,3 por ciento cereales y un 1 por ciento aperitivos salados.

La OCU analiza en un estudio los productos presentes en la mayoría de los almuerzosmeriendas de los niños y destaca que el consumo habitual y frecuente de pasteles y bollos, pese a su gran aceptación, es poco aconsejable por su elevado contenido en grasas, lo que desequilibra la dieta.

Además, según esta asociación de consumidores, los pasteles y bollos no aportan ni vitaminas ni sales minerales y "muchos de ellos llevan colorantes tan innecesarios como inaceptables, sobre todo en productos pensados para los niños". Entre los bollos industriales, la OCU indica que el suizo es la meor opción, seguido de la napolitana.

También aconseja incluir en el almuerzo y merienda de los niños las galletas, por ser fuente importante de hidratos de carbono. En cambio, cree que las palmeras y los croissant deben ser consumidos por los niños muy raras veces; los donuts, napolitanas, Bimbocao, Pantera Rosa y Phoskytos, ocasionalmente, y los Bollicao y Tigretón, a veces.

Para la OCU, los cereales inflados tampoco son una buena elección, ya que contienen una excesiva cantidad de azúcar. En cabio, indica que los bocadillos en general, siempre que sean de pan normal y no de pan de molde, deben incluirse habitualmente en los almuerzos y meriendas de los niños.

Dentro de los bocadillos, la OCU señala que hay que recuperar los de sardinas y atún en aceite de oliva, por su contenido en ácidos grasos, calcio y otros minerales. También son buenos, a su juicio, los bocadillos de jamón cocido. En cambio, cree que los de chorizo deben consumirse ocasionalmente y los de paté, jamón serrano y queso a eces.

También son aconsejables en los almuerzos y meriendas de los niños, según la OCU, la leche y sus derivados, por el calcio y vitaminas que aportan, y las frutas, por su contenido de fibra. No lo son tanto, sin embargo, las bebidas gasificantes y dulces, que sólo aportan calorías sin ningún valor nutritivo.