Por lo que se refiere a los españoles, la mayor parte de quienes utilizan el avión para sus desplazamientos aceptan los retrasos como algo consustancial con el transporte aéreo, hasta el punto de que no consideran como tales retrasos inferiores a varias horas.

Por otro lado, las personas que se desplazan en avión por raznes laborales se muestran mucho más críticas que quienes lo hacen por otras causas, como, por ejemplo, turismo.

En cuanto al "overbooking", el extravío del equipaje o la sustracción de objetos de las maletas, los usuarios consideran que son problemas poco comunes, aunque no insignificantes, ya que un porcentaje no despreciable de los viajeros afirmaron haber sufrido alguno de estos problemas en alguna ocasión.

Aunque la mitad de los encuestados aseguraron conocer la legislación sobre sus derechos en general los viajeros afirman no haber sido advertidos de la necesidad de asegurar sus pertenencias cuando llevan objetos valiosos.

El contenido informativo de los billetes se considera bastante explícito y la mayoría de los entrevistados españoles conoce la existencia de hojas de reclamación en los servicios aéreos, aunque, a diferencia de lo que ocurre en el resto de Europa, no se hace mucho uso de ellas.

Un 62 por ciento de la población española ha viajado alguna vez en avión, medio de tranporte que hasta hace unos años era más exclusivo del mundo de los negocios.