Según informó la Policía, la investigación comenzó con una información que apuntaba a que varias personas se podrían estar dedicando al cultivo de plantas de cannabis.

Los agentes montaron un dispositivo de vigilancia que permitió identificar a los detenidos como presuntos responsables de un delito contra la salud pública. Asimismo, también se comprobó que la nave industrial que utilizaban estaba dispuesta para cultivar, recolectar y distribuir plantas de marihuana en grandes cantidades.

La nave industrial estaba dividida en tres zonas. La primera sala consistía en un habitáculo independiente donde se iniciaba el crecimiento de las plantas de cannabis y en su interior los agentes localizaron un total de 17 plantones en periodo de crecimiento.

En la segunda estancia se encontraban 405 plantas en estado de crecimiento y floración, preparadas para su recolecta inmediata, y el tercer espacio estaba destinado al secado y desbrozamiento, con el objeto de extraer las partes utilizables, como hojas y cogollos.

10.000 COGOLLOS

En este último lugar se hallaron 10.000 cogollos preparados para su distribución. Asimismo, se intervinieron extractores, filtros de extracción de aire, sistema de riego por goteo, dos máquinas de aire acondicionado portátiles, lámparas, productos para el cultivo y crecimiento, cuatro teléfonos móviles y multitud de sacos de tierra y abono.

Los detenidos instalaron un sistema de visión de imágenes de la plantación por recepción inalámbrica IP, de manera que podían controlar en todo momento desde sus teléfonos móviles el cultivo del cannabis.

La operación ha sido desarrollada por el Grupo de Estupefacientes de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Comisaría de Córdoba.