Erkoreka hizo estas apreciaciones en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno al ser preguntado por la excarcelación ayer de la exetarra Carmen Guisasola, al serle descontados los 10 años que pasó en prisión en Francia.

El portavoz del Gobierno vasco aclaró que la excarcelación de Guisasola no obedece a un beneficio penitenciario, sino a que ha cumplido la totalidad de su pena, con un nuevo cálculo pero "con arreglo a la ley".

No obstante, también quiso "poner en valor el esfuerzo de los reclusos de la vía Nanclares para impulsar su resocialización", por medio del "rechazo de los aspectos negativos de su pasado, la asunción de las responsabilidades personales y la asunción del compromiso de trabajar por un futuro en convivencia". Guisasola es una de estos reclusos, de quienes destacó el "papel importante que pueden desempeñar".

"INCOMPRENSIBLE"

Preguntado si el Gobierno vasco considera a los presos de la vía Nanclares el ejemplo a seguir, Erkoreka dijo que le parece "incomprensible que, habiéndose asumido un compromiso político" de renuncia a la violencia por parte de ETA, dicho compromiso "no se traslade a los procedimientos formales" que se han de emplear para que los presos obtengan beneficios penitenciarios.

La normativa indica que las solicitudes de tales beneficios han de ser individualizada, definidas y concretas", recordó el portavoz, que es justo lo que el Colectivo de Presos no permite a los reclusos.

Erkoreka quiso deslindar el tema de los beneficios penitenciarios del acercamiento de los presos a su lugar de residencia, que, recalcó, "no un beneficio penitenciario, sino un derecho de los presos", del que "se dispone" y "se puede ejercer con independencia del contenido de la pena" y de que se tramiten solicitudes individualizadas o no.