Esto se debería a su elevado contenido en flavonoides, una sustancia que tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, aseguran estos expertos.

Estas conclusiones se desprenden del análisis de estudios sobre la dieta de la población del suroeste de Francia, donde la incidencia las enfermedades cardiovasculares está por debajo de la media, a pesar de que su consumo de grasas saturadas es elevado, lo que incrementa el riesgo de sufrir dichas dolencias.

Estudios previos realizados con animales o cultivos celulares ya habían mostrado que los flavonoides refuerzan la pared interna de los vasos sanguíneos, tienen un efecto vasodilatador y antiinflamatorio.

Aunque existe una enorme variedad de flavonoides, parece que los presentes en el vino tinto, el té y el cacao, los frutos rojos, cerezas y grosellas serían los más beneficiosos para la salud.

Jean-Claude Stoclet, de la Academia de Farmacia de Francia ha subrayado que es necesario realizar ensayos clínicos en los que se comparen los efectos sobre el organismo de una alimentación rica y pobre en flavonoides, así como los posibles riesgos de enriquecer en esta sustancia la dieta.