Según informó Exteriores, el director ejecutivo de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd) y responsable máximo de la ONU en Viena (Austria), Yury Fedotov, rindió tributo a todas las víctimas del Holocausto.

El embajador de Israel ante la ONU en Viena, Zvi Heifetz, destacó la importancia de recordar a quienes, “aun no siendo judíos”, arriesgaron sus vidas para salvar a miles de seres humanos durante el Holocausto, entre los que se encontraban Romero Radigales.

Romero llegó a la legación de Atenas en 1943, cuando los nazis habían ordenado la deportación de todos los judíos de Salónica a Auschwitz. Por pragmatismo los alemanes exceptuaron de la persecución a aquellos que contaran con la nacionalidad italiana y española. Los primeros se salvaron y volvieron a Italia, mientras que los segundos se toparon con las reticencias del régimen franquista de permitirles ser repatriados.

A pesar de las órdenes del ministro de Exteriores de la época, Gómez-Jordana, de mantener una actitud pasiva, Romero Radigales se ocupó de negociar con las autoridades alemanas y españolas la repatriación de 510 judíos en Salónica. El día 13 de agosto de 1943 un grupo de 637 judíos poseedores de la nacionalidad española llegaron al campo de Bergen-Belsen. Finalmente, las autoridades de España cambiaron su posición y permitieron el traslado de los judíos a Marruecos.

Romero Radigales también ayudó a los judíos atenienses, intervino ante los alemanes para que pusieran en libertad a aquellos retenidos en el campo de Haidari, y conservó las pertenencias de los que fueron detenidos para asegurarse de que les fueran devueltas a ellas o a sus legítimos herederos.

El 26 de febrero de 2014 el museo Yad Vashem de Jerusalén reconoció a Romero Radigales como Justo entre las Naciones, por contribuir a salvar la vida de judíos perseguidos por el régimen de Adolf Hitler.

El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel-Margallo, apeló este martes, durante la conmemoración del Día Oficial de la Memoria del Holocausto que tuvo lugar en el Senado, a recordar a quienes dieron todo por salvar a aquellos que fueron perseguidos por los nazis, especialmente aquellos miembros del personal diplomático español que, siguieron lo establecido en la cita de la Torá: “Quien salva una vida, salva el mundo”.