Clima

Un 45% de los peces compartidos por países pesqueros cambiarán de hábitat por el cambio climático

MADRID
SERVIMEDIA

El cambio climático obligará a un 45% de las poblaciones de peces que atraviesan dos o más zonas económicas exclusivas a cambiar significativamente sus hábitats históricos y rutas de migración a finales de este siglo, lo que puede generar disputas internacionales.

Éste es el pronóstico recogido en un estudio liderado por Juliano Palacios, que realizó el trabajo en el Instituto de Océanos y Pesca de la Universidad de Columbia Británica (Canadá) y ahora es investigador en la Universidad de Wisconsin-Madison (Estados Unidos).

Según la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, una zona económica exclusiva (ZEE) es un área en la que un Estado ribereño tiene derechos especiales para la exploración y el uso de los recursos marinos, incluida la pesca y la producción de energía a partir del agua y el viento. Se extiende desde la línea de base hasta las 200 millas náuticas de la costa del país.

El estudio, publicado en la revista ‘Global Change Biology’, prevé que en 2030 -cuando vencerán los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU- un 23% de estas poblaciones de peces ‘transfronterizos’ habrán cambiado su rango de hábitat histórico y el 78% de las zonas económicas exclusivas -donde se realiza la mayor parte de la pesca- verán al menos una población de peces cambiante.

Para 2100, esto subirá al 45% de las poblaciones de peces y el 81% de las zonas económicas exclusivas si no se adoptan medidas eficaces para detener las emisiones de gases de efecto invernadero.

"Éste no es sólo un problema de existencias que salen o llegan a nuevas ZEE, sino de existencias que se comparten entre países, cambiando completamente su dinámica", apunta Palacios, que añade: “Veremos cambios aún más dramáticos para 2030 y en adelante, dadas las tasas de emisiones actuales. Muchos de los acuerdos de gestión pesquera realizados para regular las poblaciones compartidas se establecieron en décadas pasadas, con reglas que se aplican a una situación mundial que no es la misma que la actual”.

MÁS DE 9.000 POBLACIONES

El estudio rastreó los rangos cambiantes de 9.132 poblaciones de peces transfronterizos, que representan el 80% de las capturas extraídas de las zonas económicas exclusivas del mundo a partir de 2006 y con proyecciones hasta el año 2100.

Los cambios en la distribución de las poblaciones afectarán las capturas. Para 2030, el 85% de las ZEE del mundo habrán visto un cambio en la cantidad de su captura transfronteriza que exceda la variación anual normal. Es un cambio que, según Palacios, generará tensiones sobre qué países pueden reclamar la propiedad mayoritaria de ciertas poblaciones, particularmente dado que la pesca de especies transfronterizas generó unos ingresos netos de 76.000 millones de dólares (unos 67.000 millones de euros) entre 2005 y 2010.

En las décadas de 1980 y 1990, un cambio en la distribución de varias poblaciones de salmón interrumpió los acuerdos de pesca entre Canadá y Estados Unidos, y contribuyó a los problemas de sobrepesca de estas poblaciones. Esos conflictos se magnificarán en el futuro y pueden colapsar acuerdos internacionales, según Palacios.

Países tropicales del Caribe y el sur de Asia se verán afectados a medida que aumente la temperatura del agua, pero este problema también llegará a naciones del norte. En general, se proyecta que 10 acciones compartidas en Canadá y el Pacífico estadounidense cambien para 2033.

“Al proporcionar estimaciones del tamaño y el momento de los cambios proyectados, nuestro estudio ofrece puntos de referencia tangibles en torno a los cuales considerar los impactos del cambio climático y negociar políticas justas para la gestión sostenible”, indica Colette Wabnitz, del Centro para Soluciones Oceánicas de Stanford e investigadora asociada del Instituto de Océanos y Pesca.

Para evitar posibles disputas, el estudio propone acuerdos que permitan a las flotas pescar en aguas de países vecinos mientras ofrecen una parte de la captura o las ganancias, reequilibrar y renegociar muchos acuerdos de cuotas de captura que ya están vigentes, y acciones para mitigar el cambio climático.

“Debemos aceptar que el cambio climático está ocurriendo y luego actuar lo suficientemente rápido para adaptar las regulaciones de gestión pesquera para tenerlo en cuenta”, recalca Gabriel Reygondeau, investigador asociado del Instituto de Océanos y Pesca.

(SERVIMEDIA)
19 Ene 2022
MGR/clc