Refugiados. Hungría condena a más de 20 refugiados por entrada ilegal tras sellar sus fronteras

- Otros 43 han sido acusados esta mañana, según Amnistía Internacional

MADRID
SERVIMEDIA

El endurecimiento de las leyes fronterizas impulsado por el gobierno húngaro, que pretende blindar sus fronteras y que penaliza con tres años de cárcel a quienes la traspasan de manera irregular, se ha cobrado esta mañana varias sentencias contra 22 refugiados por entrada ilegal en la Corte Regional de Szeged, la tercera ciudad del país y que limita con Serbia, una de las principales rutas de entrada de refugiados y asilados a Europa.

El trasiego continuo de refugiados asentados en las frontera de Hungría con Serbia parece haberse disipado, tal y como informó Amnistía Internacional, después de que el gobierno húngaro aprobara el pasado 15 de septiembre una serie de medidas encaminadas a endurecer la entrada al país mediante concertinas y sanciones penales.

Según demuestran las imágenes de satélite recogidas por Amnistía Internacional, las acciones de Hungría para “repeler a los refugiados”, que según denunció esta organización les deja en el “limbo”, han causado el efecto deseado por las autoridades húngaras, haciendo la ONG una comparativa con imágenes de satélite entre los diferentes días, en las que se aprecia con claridad la reducción de personas, asentamientos y autobuses.

Tras el cierre de fronteras húngaras, miles de refugiados y demandantes de asilo se trasladaron ayer a la frontera serbia con Croacia, país que ya ha anunciado el cierre de siete de sus ocho pasos fronterizos a Serbia, que no es miembro de la Unión Europea, tal y como relató Amnistía.

Amnistía Internacional alertó ante este panorama de que Hungría está violando sus “obligaciones internacionales”, negando el acceso a asilo a las personas que huyen del conflicto sirio. La organización ha pedido a las autoridades húngaras que dejen de “criminalizar” o penar el acceso a territorio húngaro y adecuar la recepción de aquellos que precisen de protección internacional.

Según documentó la ONG, se encontraron un día después del cierre de fronteras húngaras a personas en el paso fronterizo de Horgoš (Serbia) con Röszke (Hungría) totalmente “escuálidas”, mientras que relataron a Amnistía que la policía húngara había empleado gases lacrimógenos y cañones de agua para disuadirles de entrar.

Además, la organización no entiende que Hungría haya invertido 200 millones de euros en reforzar la protección en las fronteras con soldados, antidisturbios, concertinas, unidades caninas y helicópteros mientras que la cantidad de dinero empleada a cubrir las necesidades de refugiados es notablemente inferior.

(SERVIMEDIA)
18 Sep 2015
GIC/gja