El Banco Mundial ve los derechos humanos como “una enfermedad infecciosa”, según un experto de la ONU

MADRID
SERVIMEDIA

El Banco Mundial es “una zona libre de derechos humanos” que trata a estos como “una enfermedad infecciosa” y no como obligaciones universales, según denuncia el relator especial de la ONU sobre la extrema pobreza y los derechos humanos, Philip Alston, en un informe hecho público este martes.

“Para la mayoría de los objetivos, el Banco Mundial es actualmente una zona libre de derechos humanos. En sus políticas operativas, en particular, trata a los derechos humanos más como una enfermedad infecciosa que como valores y obligaciones universales”, destacó Alston.

El informe, que será presentado oficialmente a la Asamblea General de la ONU el próximo 23 de octubre, explica que el mayor obstáculo para integrar mejor los derechos humanos en el Banco Mundial es "la interpretación anacrónica e incoherente de la ‘prohibición política’ que figura en los artículos del acuerdo (fundacional) del Banco".

Alston recalcó que los representantes del Banco Mundial invocan los artículos del acuerdo de Bretton Woods por los que se creó este organismo en 1945 argumentando que la cláusula de no interferir en los asuntos políticos de los Estados prohíbe al Banco comprometerse con los derechos humanos.

“Esos artículos fueron escritos hace más de 70 años, cuando no había un catálogo internacional de derechos humanos, obligaciones de tratados específicos para los Estados y ninguna institución internacional para abordar estas cuestiones”, apuntó.

ENFOQUES EQUIVOCADOS

En el informe, Alston apunta que, a pesar del argumento legal, la verdadera razón del Banco Mundial para evitar poner en su agenda los derechos humanos es “claramente política”.

“Los países occidentales, animados por la sociedad civil, a menudo han llevado al Banco a sancionar a los países en desarrollo con un pobre historial de derechos humanos al retrasar o retener préstamos a esos países. Los Estados que piden dinero prestado del Banco o de los países críticos con los derechos humanos no quieren que el Banco Mundial se convierta en una ‘policía de derechos humanos’ que se entrometa en sus asuntos internos”, explicó.

Para el relator especial de la ONU, todos estos enfoques son equivocados. “Los Estados miembro del Banco Mundial desde todas las partes del mundo tienen la culpa”, dijo.

Alston subrayó que los derechos humanos invocan obligaciones legales que los países han acordado, pese a que el Banco Mundial es “resistente” a emplearlos como tal. “Ahora es el momento para que el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, tome la iniciativa”, comenta en el informe, antes de añadir que los Estados miembro del organismo “también tienen responsabilidad” y “deben empezar desde hoy” a asumirla.

(SERVIMEDIA)
29 Sep 2015
MGR/pai