Así se pronunció Sáenz de Santamaría, en declaraciones a los periodistas, tras la inauguración de la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla, en un acto en el que estuvo acompañada por el ministro de Defensa, Pedro Morenés, y por el ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso.

La vicepresidenta destacó que el trabajo en aquellas fechas tanto del personal civil y militar como de las distintas administraciones públicas fue clave para proporcionar una respuesta “rápida y ágil” a la opinión pública en aquel “éxito colectivo”.

La unidad está ubicada en la planta 22 del edificio situado en el madrileño barrio de Carabanchel, y ya desde su construcción difiere del resto porque está separada de la anterior y el techo es más alto que las demás. Además, es completamente diáfana.

El desarrollo de esta unidad ya lo había planteado la sanidad militar con motivo de las misiones internacionales en las que participan efectivos de las Fuerzas Armadas y se aceleró cuando se empezaron a extender por el continente africano.

La expansión del virus del ébola, el traslado de los misioneros españoles infectados el año pasado y el contagio de la auxiliar de enfermería que los trató permitirá que el Gómez Ulla disponga de las “instalaciones más avanzadas de los países de nuestro entorno, que cumplen con los estándares de seguridad y calidad”, en el tratamiento de enfermedades como el ébola ante las que “no se puede bajar la guardia”.

De todos modos, es Sanidad, ya sea a nivel estatal o autonómico, según el caso, quien determina a qué hospital debe trasladarse a un paciente con alguna enfermedad contagiosa de gran calado.

La unidad, cuyo coste asciende a casi 10 millones de euros, cuenta con 55 profesionales, al tiempo que se prevé la contratación de otros 14 en próximas fechas.

Además, dispone de 16 habitaciones (ocho para tratamiento de enfermedades infecciosas y ocho para poner a los sospechosos de tener una enfermedad de estas características en cuarentena) con doble esclusa, habitaciones depresión negativa, estrictos sistemas de control y seguridad y zona común de staff, siguiendo las recomendaciones establecidas por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en sus siglas en inglés), la legislación europea y los parámetros de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Por su parte, el inspector general de Sanidad de la Defensa, general de división Santiago Coca, manifestó que esta unidad de “altas prestaciones” está al servicio de las Fuerzas Armadas y de la sociedad en su conjunto.

Por último, Sáenz de Santamaría reivindicó el “orgullo” de contar con una sanidad,unos profesionales sanitarios y unas Fuerzas Armadas de las más avanzas del mundo. “España es casi el mejor país del mundo en el que curarse si uno se pone enfermo”, concluyó.