En una rueda de prensa en la sede de la Misión Diplomática de Palestina en España, el embajador subrayó que el incremento de la violencia que se ha producido en los últimos días responde al sentimiento de “humillación” y a la “indignidad” que tiene la población palestina ante los continuos “abusos” de los colonos y las autoridades israelíes.

En las últimas dos semanas la ola de violencia se ha cobrado la vida de siete judíos y de tres decenas de palestinos, lo que ha provocado que el Gabinete de Seguridad del Gobierno israelí aprobara el despliegue de tropas en Jerusalén y otras ciudades para evitar más ataques.

La respuesta del Ejecutivo de Benjamín Netanyahu incluye también la demolición de viviendas y la confiscación de los bienes de los responsables de los ataques, así como la negativa a devolver los cadáveres de los agresores a sus familias.

Ante esta situación, Odeh explicó que el origen de esta violencia radica en la “ocupación” y en la “política expansionista y racista” de Israel, ya que, continuó, estos enfrentamientos se producen después de que las autoridades israelíes impidiesen a los palestinos cristianos y musulmanes acceder a los “lugares santos” de Jerusalén.

El embajador insistió en que la juventud de la mayoría de la población palestina provoca que sólo haya conocido la “represión” de Israel en forma de “muertes, expropiaciones, detenciones de familiares y demoliciones de vivienda”.

Esto le sirvió para justificar lo que considera una “reacción natural” de violencia ante la “pasividad” de la comunidad internacional, que “no cumple con sus deberes y equipara a víctimas con verdugos”. Odeh manifestó que la resistencia que ejerce el pueblo palestino es “pacífica”, con el objetivo de poder vivir en “paz” y “libertad”.

Por otro lado, el embajador anunció que Palestina dejará de cumplir los acuerdos alcanzados con Israel, ante el incumplimiento sistemático de éste, al tiempo que confirmó que elevarán una denuncia ante la Corte Penal Internacional, con sede en La Haya, contra las “violaciones” de derechos humanos hacia los palestinos.

“No queremos más sangre. No tenemos nada contra los judíos y el judaísmo; muchos palestinos son judíos. Estamos en contra de la ocupación y lucharemos contra ella hasta que se acabe y consigamos una paz justa y duradera”, concluyó.