20-D. Rajoy termina la campaña más decisiva presentándose como única alternativa a Podemos

MADRID
SERVIMEDIA

El presidente del Gobierno y candidato del PP a la reelección, Mariano Rajoy, concluye este viernes la campaña electoral más decisiva en años presentándose como la única alternativa posible a un Ejecutivo de izquierdas ‘a la portuguesa’ gobernado por Podemos.

El PP llega al último día de campaña con un giro de última hora en su estrategia ante el escenario político sobre el que advierten las encuestas que manejan en Génova y que sitúan a Podemos como segunda fuerza política, relegando al PSOE a la tercera posición y a Ciudadanos, a la cuarta.

Los populares han polarizado la campaña en el sprint final trasladando a los electores que sólo hay dos opciones de gobierno a partir del 20 de diciembre: o Mariano Rajoy o Pablo Iglesias.

Con esta estrategia, el PP neutralizaría de sola una vez a sus dos principales rivales en las urnas: el candidato del PSOE a la Presidencia, Pedro Sánchez, y, sobre todo, el cabeza de lista de Ciudadanos, Albert Rivera.

"VOTO ÚTIL"

A dos días del 20-D, los populares piden "el voto útil" y rechazan una estrategia del miedo pero advierten de que, tal vez ahora, sea Sánchez quien tenga que plantearse apoyar a Iglesias... y no al revés.

La posibilidad de estar ante una coalición Podemos-PSOE bajo la batuta del líder podemista y con un Sánchez debilitado, presiona a Rivera y su responsabilidad de apoyar la lista más votada, mientras cuestiona al líder socialista después de que los populares apuntaran ayer a la posibilidad de impulsar una gran coalición, pero sin él.

Rajoy plantea ahora esta elección entre el PP y el populismo de Podemos en una campaña en la que él ha sido el principal defensor del bipartidismo después de advertir casi a diario de los peligros de "volver atrás" y de rechazar los debates a cuatro y enviar a uno de ellos a su número dos en las listas por Madrid, Soraya Sáenz de Santamaría.

El candidato popular sólo quiso medirse a Sánchez como el líder del principal partido de la oposición que ahora ningunea y quiere 'matar políticamente' después de que, en el 'cara a cara', pronunciara su ya famoso "hasta ahí hemos llegado" en respuesta a la crítica del líder socialista de que el presidente del Gobierno no es una “persona decente”.

HOMBRE DE CENTRO Y DE ESTADO

En las últimas horas para pedir el voto, Rajoy incidirá, además, en la idea de que es el único candidato que puede garantizar la estabilidad, la certidumbre y la seguridad, en que es el único hombre de centro y de Estado.

Terminará la campaña tal y como la arrancó hace quince días en Ávila cuando ante la estatua del expresidente Adolfo Suárez y acompañado de su hijo Adolfo Suárez Illana se presentó como la opción de centro que defiende como grandes objetivos llegar a los 20 millones de personas trabajando en 2020, cuidar a las personas, defender la unidad de España y luchar contra el terrorismo.

Sin embargo, los quince días que han transcurrido desde aquella foto han cambiado sustancialmente un escenario político ya de por sí incierto y nuevo para todos. La dirección de campaña del PP subraya que ésta no ha favorecido ni a Sánchez ni al otrora todopoderoso Rivera, mientras que Iglesias, gracias en parte a su participación en unos debates que son su medio natural, logró esa “remontada” que predicó desde un principio, aunque en los primeros compases no fuera verdad.

El ‘BERTINAZO’

El balance de la campaña más mediática, aseguran en el PP, arrancó con dos días de antelación en el ‘bertinazo’ que permitió a muchos españoles conocer un poco más de cerca a un Mariano Rajoy que ha cultivado como nunca el voto de ocho millones de personas mayores que van a votar en un 80% de los casos y que contrarrestan a los ocho millones de jóvenes cuyo 'pastel' se lo comen, principalmente, Ciudadanos y Podemos y que sólo votan en el 48% de los casos.

Aunque Rajoy no se olvidó de los ‘hipsters’ y de participar en ‘La calle pregunta‘ de La Sexta en estas dos semanas, su objetivo ha sido recuperar a los votantes perdidos antes que conquistar a los nuevos y, por eso, no sólo visitó también en campaña el plató de María Teresa Campos, sino que trabajó para arrastrar el voto rural.

El PP diseñó una campaña, la primera en plenas navidades, por las calles de muchos pueblos de España en los que ‘rascar’ votos decisivos para arañar escaños que pueden marcar la diferencia de cara a que el PP se acerque al ansiado 30% con el que tener legitimidad para formar gobierno.

También por ese diseño, Rajoy tuvo que protagonizar la imagen que pasará a la historia de esta campaña: la de un joven de 17 años dándole un puñetazo en la cara y rompiéndole las gafas a un presidente del Gobierno tras protagonizar junto a él uno de los cientos de ‘selfies’ en los que el también candidato popular ha lucido la mejor de sus sonrisas.

Ese cambio de estrategia, Rajoy lo trasladó también a su trato con la caravana electoral del PP, en cuyo autobús se subió por primera vez para reconocer a los periodistas que le han acompañado durante gran parte de los 14.000 kilómetros que ha realizado en el último mes que le gustaría "un acuerdo" de gobernabilidad para que en los próximos cuatro años sea más fácil consolidar la recuperación económica y seguir con las reformas.

KABUL Y CORRUPCIÓN

Rajoy termina hoy una campaña marcada en sus días previos por el desafío soberanista en Cataluña y por la amenaza yihadista en todo el mundo, en la que el PP temió por unas horas que la gestión que hizo el Gobierno del ataque talibán a la Embajada de España en Kabul (Afganistán) pudiera condicionar las elecciones como ocurrió el 11 de marzo de 2004.

Esa preocupación por males pasados, entre los que destaca la corrupción, también ha inquietado en Génova en una campaña en la que, tras ser acusados del cobro de comisiones millonarias en el extranjero, muchos pusieron cara al diputado popular Pedro Gómez de la Serna, que sigue agarrado a su puesto en la lista del PP, aunque no tenga el escaño asegurado, y a un Gustavo de Arístegui, que sí renunció, que otros tantos descubrieron que estaba de embajador de India.

Con este cóctel informativo en las últimas dos semanas y la única convicción de que nadie sabe lo que va a pasar el 20-D ni después, Rajoy concluye hoy en dos de sus grandes bastiones en otro tiempo, Valencia y Madrid, la campaña de los villancicos, de las fotos y sobre todo 'de los pactos', porque la única certidumbre es que las mayorías absolutas son una aspiración que supera, incluso, los deseos navideños.

(SERVIMEDIA)
18 Dic 2015
IRG/caa