Alwan indicó en un comunicado que los civiles son los que “pagan el precio más alto” en el conflicto, puesto que casi dos tercios de la población siria no tienen acceso a agua potable, lo que les sitúa en riesgo de tener enfermedades como la fiebre tifoidea y el cólera.

Además, apuntó que casi 300.000 mujeres encintas no reciben la atención que necesitan para tener un embarazo seguro y saludable, y más de 30.000 personas requieren cada mes de tratamiento para sus lesiones.

Alwan indicó que las personas con enfermedades crónicas se mueren de complicaciones que son “fácilmente controladas en circunstancias normales”, la mitad de los niños no están siendo vacunados y uno de cada cuatro menores está en riesgo de desarrollar un trastorno de salud mental que tendrá un impacto a largo plazo en ellos.

Recalcó que más de la mitad de los centros de salud de Siria están cerrados o funcionan parcialmente, hay una “escasez crítica” de medicinas esenciales y suministros médicos que salvan vidas, y la mitad de los profesionales de la salud han huido del país y los que se han quedado se encuentran “en constante riesgo” de sufrir ataques por las partes en el conflicto.

“A medida que continúa el conflicto, se pierden más vidas cada día no sólo por la violencia, sino que a medida que las personas se convierten en víctimas de un sistema de salud debilitado no se les puede proporcionar los servicios de salud que necesitan para mantenerse con vida. Millones de vidas están en riesgo”, explicó.

FALTA DE FONDOS

A principios del pasado mes de febrero, la comunidad internacional de donantes se reunió en Londres (Reino Unido) y se comprometió a ayudar a las personas dentro de Siria y en los países vecinos afectados por el conficto, pero Alwan indicó que, casi un mes después, la OMS y sus asociados están aún a la espera de recibir la financiación necesaria.

“La falta de fondos sólo conducirá a un número cada vez mayor de muertes prevenibles: por cada millón de dólares que el sector de la salud no recibe, más de 230.000 personas se quedan sin acceso a la atención médica. No debe permitirse que continúe esta morbilidad innecesaria y la pérdida de vidas”, apostilló.

Por ello, Alwan instó a los donantes a cumplir sus compromisos, puesto que son necesarios con urgencia 437,21 millones de dólares (399,94 millones de euros) para satisfacer las crecientes necesidades sanitarias. “Sin este apoyo financiero, millones de personas afectadas por esta crisis se quedarán sin los servicios de salud que necesitan, lo que se añade a esta tragedia humanitaria devastadora”, concluyó.