Así lo anunció el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, José María Gil Tamayo, durante la presentación de la iniciativa este viernes, junto a representantes de las instituciones eclesiales que trabajan en el ámbito asistencial y caritativo (Confer, Cáritas, Ayuda a la Iglesia Necesitada y Manos Unidas).

Según dijo, la colecta pone “en primer plano” la “sensibilidad especial” de Francisco al pedir a los católicos “un sexto sentido” ante la emergencia humanitaria que se vive en las fronteras de Europa y que ha provocado más de 10.000 muertos y 30.000 heridos, millón y medio de desplazados.

A ello hay que sumar los daños que siguen provocando las minas antipersona. Desde octubre 287 de estos artefactos han herido a 584 adultos y han afectado a 40 niños, de los que ocho han muerto.

Además, la población tiene serios problemas de inseguridad (más de un millón de personas están en riesgo constante) y acceso a los bienes básicos. Un millón de personas vive en situación de inseguridad alimentaria y casi tres millones de ucranianos no tienen acceso al agua potable (el 18% de los desplazados lo sufren de manera severa).

El portavoz de los obispos también se refirió a las carencias de acceso a medicinas que tienen casi medio millón de niños, que están en riesgo de polio, y dijo que 140.000 pequeños sufren malnutrición. Además, el 93% de niños en zona de conflicto sufre “un gran estrés” y recortes en el acceso a la educación “de manera regular”.

Ante este drama humano, recordó Gil Tamayo, “la Iglesia no se mueve en claves políticas” y, secundando la iniciativa del Papa, animó a los católicos a realizar una “generosa contribución”, pues ese “gesto de caridad además de aliviar los sufrimientos materiales expresará la cercanía del Papa” a los que más sufren.

REFUGIADOS

Gil Tamayo también recordó la visita de este fin de semana del Papa a los refugiados en Lesbos. “Tenemos un reto y tenemos que dar respuesta desde la tradición humanitaria”, dijo, destacando que la Iglesia ha puesto a disposición “todo lo que tiene” para poder participar en las políticas de ayuda a los refugiados .

“No podemos cerrarnos a quienes huyen de situaciones de guerra, quienes tienen el estatutos de refugiados”, aseveró, y criticó que se “revista de legalidad” lo que es “una clara injusticia” ante quienes están defendiendo su vida y la de sus familias y buscan “el amparo de Europa”.

“Quisiéramos que la concienciación de acogida que tiene nuestro pueblo la tuvieran los dirigentes europeos. El gran drama de los refugiados no lo podemos responder desde el egoísmo”, concluyó.