Ese es el resultado de una de las cuestiones planteadas en el último Eurobarómetro de la Comisión Europea, cuyo trabajo de campo se realizó en octubre y noviembre de996.

El grado de confianza mostrado en los españoles por los encuestados sitúa a los ciudadanos de este país en el décimo lugar, por delante de los británicos, que sólo cosechan un respaldo del 53 por cien; los portugueses (51), los irlandeses (50), los italianos (50) y los griegos (43).

Los europeos que suscitan una mayor confianza de los socios comunitarios son los suecos, pese a ser uno de los últimos países en integrarse en la UE. Son vistos con confianza por el 67 por cien de los encuestados y les siguen los holandeses (65), los daneses (64), los alemanes (64), los luxemburgueses (63), los austriacos (61), los belgas (61), los finlandeses (59) y los franceses (59).

El Eurobarómetro también interroga a los encuestados sobre el grado de confianza que tienen en sus propios compatriotas, terreno en el que destacan por arriba los finlandeses y los daneses, y por abajo los italianos, entre quienes se dan los mayores niveles de desconfianza mutua.

Los autores del Eurobarómetro destacan la levada frecuencia con que en algunos países, como España e Irlanda, los encuestados dicen que "no saben" si pueden confiar en sus compatriotas. En España esa es la postura de uno de cada tres.

El Eurobarómetro vuelve a reflejar una cierta esquizofrenia en la visión que los españoles tienen de la Unión Europea, ya que apoyan la moneda única, ven mayoritariamente como positivo el mercado único y apoyan en un alto grado una mayor integración entre los países, pero no ven claro los beneficios que España etá obteniendo de su pertenencia a la UE.

A este respecto, la encuesta arroja un empate entre los españoles que creen que España se beneficia y los que sostienen lo contrario, ya que ambos grupos suponen un 37 por cien de las personas sondeadas.

Menos favorecidos que los españoles sólo se ven los finlandeses, los austriacos y los suecos, los tres últimos países en integrarse en la Unión Europea, así como los británicos y los alemanes.

Por contra, el país que se considera más beneficiado es Iranda, en donde un 86 por cien de los ciudadanos opina que su país sale ganando de la pertenencia a la UE. También ven con gran optimismo su situación los holandeses, los portugueses y los griegos.