En una entrevista en RNE recogida por Servimedia, Arrimadas denunció que fue "muy grave" la votación de la 'desconexión' con España en la sesión del día anterior en el Parlamento de Cataluña.

"Estamos un poco anestesiados" ante las "barbaridades" que se dicen y hacen en Cataluña, afirmó, pero esa votación supuso "una vulneración directa" de una resolución del Tribunal Constitucional.

Reconoció que no le gusta que haya que actuar jurídicamente contra miembros de un Parlamento, pero menos aún le gusta que esos parlamentarios crean que están "por encima de las leyes".

Arrimadas no se aventuró a considerar si la presidenta del Parlamento, Carme Forcadell, tendría que ser inhabilitada, pero sí pidió que el Tribunal Constitucional "se mire muy bien" lo que sucedió para tomar las medidas que considere necesarias.

En todo caso, además de esa reacción judicial "si es que cabe", Arrimadas reclamó que desde el Gobierno de España haya una mayor presencia en Cataluña para explicar la realidad a sus ciudadanos y dejar las cosas claras a los independentistas, asumir el reto y hacer "política de verdad".

Reiteró además que es "gravísimo" que mientras todo eso ocurre el PP y el PSOE Estén dispuestos a "regalar" al Partit Demòcrata Català, antes Convergencia, un grupo parlamentario propio en el Congreso de los Diputados que no le corresponde según el Reglamento.

Arrimadas considera que la votación puede ser una de las condiciones de la CUP para respaldar al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en la cuestión de confianza, pero alertó de que puede no ser suficiente para satisfacer las demandas de esa formación que se define a sí misma como "antitodo". Poner el futuro de los catalanes en sus manos, denunció, es "una tremenda irresponsabilidad".