Albert Olivera y Conchi Salas, campeones de España de ajedrez para ciegos

MADRID
SERVIMEDIA

El tarraconense Albert Olivera y la cántabra Conchi Salas se han proclamado campeones de España de ajedrez para ciegos en la XXV edición del Campeonato Nacional, organizado por la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC).

En el torneo se dieron cita los 60 mejores ajedrecistas ciegos de España, procedentes de 15 comunidades autónomas. El torneo se disputó por sistema suizo a ocho rondas y el ritmo de juego fue de 90 minutos de tiempo final, más un incremento de 30 segundos por jugada.

El torneo, disputado del 6 al 13 de noviembre en las instalaciones del Hotel Ilunion Alcalá Norte de Madrid, estuvo muy disputado en la categoría masculina, mientras que entre las mujeres Salas renovó su título de campeona de España conquistado hace dos años.

En la categoría masculina, a la última ronda llegaron empatados hasta seis jugadores, que debían jugarse el título en las tres partidas que les enfrentaban. A medida que pasaban las horas de juego y la sala se despoblaba, se fueron quedando solos los seis protagonistas del duelo final. Cada uno jugaba su propia partida sin perder de vista las de al lado, en uno de los finales más emocionantes que se recuerdan.

El pronóstico de las partidas giró varias veces a lo largo de la última jornada, porque la tensión perjudicó la fiabilidad de los jugadores. Después de muchas alternativas, Gavril Draghici batía a Roberto Clemente y Albert Olivera al anterior campeón, Diego Aguilar; entre tanto, la partida que enfrentaba a Agustín Fernández con Manuel Palacios terminaba en tablas.

El desempate entre Draghici y Olivera favoreció al segundo, que se proclamó campeón de España solo unas semanas después de conseguir la medalla de bronce en el Mundial IBSA celebrado en Rumanía.

AJEDREZ ACCESIBLE

Para la práctica del ajedrez, los ciegos necesitan sólo algunas adaptaciones en el material de juego. Por ejemplo, el tablero tiene los cuadros negros ligeramente más altos que los blancos para hacerlos diferentes al tacto. Además, las piezas negras llevan, en su parte superior, una protuberancia que las distingue de las blancas.

Cada casilla del tablero tiene un orificio en el centro, en el que se insertan las piezas a través de un pequeño vástago que éstas tienen en su parte inferior. Mediante este sistema, las manos del jugador pueden tocar todas las piezas sin derribarlas.

Asimismo, las partidas entre ajedrecistas ciegos se juegan en dos tableros. Cada uno de los jugadores mueve las piezas en su tablero de modo que, al tocarlas, no moleste ni sea molestado por su contrario y los relojes de ajedrez disponen de un mecanismo de voz con auriculares para acceder al tiempo de juego.

(SERVIMEDIA)
14 Nov 2016
CJC/caa