Ecologistas en Acción carga contra la caza con siete “verdades” sobre su impacto en la naturaleza

MADRID
SERVIMEDIA

La organización Ecologistas en Acción difundió este jueves un informe de 64 páginas en el que argumenta con siete “verdades” el impacto de la caza contra el equilibrio natural y la economía rural desde el punto de vista medioambiental, económico, social y de bienestar animal.

El informe fue presentado en una rueda de prensa en Madrid por Miguel Ángel Hernández, responsable de especies de Ecologistas en Acción, y Roberto Oliveros, biólogo y autor del documento, el cual está basado en una revisión de 80 publicaciones científicas elaborados por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente; la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el Instituto en Investigación de Recursos Cinegéticos (IERC), la Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos (Secem), SEO/BirdLife y WWF España.

La publicación del informe coincide con la campaña #LaVerdadDeLaCaza lanzada por Ecologistas en Acción, que remitirá el estudio a los grupos parlamentarios en España y a la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea.

Hernández indicó que la caza está “socialmente en cuestión” desde que dejó de ser una actividad de supervivencia para enfocarse en “la captura de animales salvajes con la finalidad muy concreta de pasar el tiempo y divertirse con ellos”, y criticó que se haya asumido “como un mantra” que esta práctica es “buena para la naturaleza y genera rendimientos para el territorio en términos socioeconómicos”. “La caza no es compatible ni con la conservación de la naturaleza ni con el desarrollo rural y genera situaciones de maltrato animal”, afirmó.

La primera de las siete “verdades” del informe es que “la caza consiste en matar animales por diversión o por negocio”, es practicada por más de 800.000 personas con licencia en más del 80% del territorio español y genera unos 2.750 millones de euros (según un informe de la Fundación FAES en 2007), aunque precisa que “no existen estudios oficiales completos y finales sobre el volumen de dinero que mueve”.

Además, Ecologistas en Acción subraya que “la caza no es compatible con la conservación de la biodiversidad” porque cada año se matan unos 25 millones de animales y en algunos casos por encima de su nivel de recuperación de poblaciones, como la tórtola o la codorniz, y en otros con la introducción de especies como la perdiz roja, el ciervo y el jabalí. “Se generan infraestructuras como tiraderos, vallados o caminos, o métodos como el control de depredadores, y dañan a especies no cinegéticas, como el lobo y el lince ibérico”, apuntó Hernández.

NO CONTROLA SUPERPOBLACIONES

La tercera “verdad” de Ecologistas en Acción es que “la caza convierte los cotos en granjas intensivas y en campos de tiro” porque hay una tendencia creciente de animales criados en granja para que sean cazados, como el 55,7% de las perdices muertas por la actividad cinegética.

Otro aspecto es que “la caza no sirve para gestionar la fauna ni para controlar sobrepoblaciones” porque propicia las sueltas o los vallados para generar más desequilibrios y daños en el medio natural.

Además, “la caza limita los derechos de la mayoría de los ciudadanos” con propuestas auspiciadas por los cazadores para modificar la Ley de Montes o la Ley de Caza de Castilla-La Mancha con el fin de “penalizar a los que queremos hacer un uso no consultivo del monte”, según Hernández, quien añadió: “Se han cortado caminos en parques nacionales o vías pecuarias, los ciclistas encuentran obstáculos como cables o placas con pinchos, y ha habido disparos e incluso muertes. Ese acoso al no cazador es cada día más grave”.

La sexta “verdad” es que “la caza no favorece el desarrollo rural y perjudica a otras muchas actividades”, como el senderismo, el cicloturismo, la equitación, la recogida de setas, la apicultura, el ecoturismo, la fotografía o la educación ambiental. Un estudio encargado por la Junta de Andalucía en 2014 señala que “las actividades de autoconsumo ambiental, uso recreativo y conservación de la biodiversidad amenazada son más rentables que la caza en términos económicos”.

Y la última “verdad” es que “la caza no sólo mata, también maltrata”, puesto que no respeta el bienestar animal de propiamente cinegéticas ni de animales domésticos empleados para esta actividad, ya que se cree que cada año se abandonan cerca de 50.000 galgos cuando no sirven para cazar. "Se realizan muchísimas acciones tremendamente crueles y dañinas con los animales, como el lanceo de jabalíes, tiradas de pichones o palomas o la caza del zorro con perro de madriguera”, apuntó Hernández.

(SERVIMEDIA)
15 Dic 2016
MGR/gja