En la exposición de motivos se afirma que los perros guía son los únicos animales que están autorizados a viajar en cabina independientemente de su peso. El Real Decreto 3250/1983, por el que se regula el uso de perros guía para personas con deficiencia visual, establece como principio inspirador de la norma la “dignidad que les es propia a los disminuidos en sus capacidades físicas, psíquicas o sensoriales, para su completa realización personal y su total integración social.”

En virtud de este real decreto, estos perros guía tendrán acceso a los lugares, alojamientos, establecimientos, locales y transportes públicos con sus dueños y el acceso del perro-guía no supondrá “gasto adicional alguno, salvo que tal gasto constituya la prestación de un servicio específico económicamente evaluable”.

Sin embargo, Ciudadanos explica que este real decreto, de tan sólo cinco artículos, “deja prácticamente todo el desarrollo de este derecho a las normativas internas de cada compañía aérea. Para cerciorarse de las condiciones de acceso, los pasajeros ciegos, sordos o con discapacidad deben consultar con la aerolínea con la que se opere en el momento de realizar la reserva”.

“En España, todas las grandes compañías admiten esta posibilidad, pero incluyen diversas precisiones a la hora de aplicar la normativa. Según la compañía puede variar el documento acreditativo de que se trata de un perro lazarillo, la manera de viajar con él, la necesidad de preavisar o el cupo de perros guía que pueden viajar en un mismo vuelo, lo que puede conllevar la denegación de sus derechos a otro pasajero invidente".