La experta, que expuso estas conclusiones durante un encuentro organizado por Family Watch, subrayó además que “el 38% de los jóvenes en estas edades está preocupado por la idea de tener grasa en el cuerpo”.

Según Grande, “un 3,5% de los adolescentes entre 15 y 18 años en la Comunidad de Madrid padece un trastorno de la conducta alimentaria (anorexia, bulimia, atracones y otros trastornos)”, y un 7,5% está en riesgo de desarrollarlos”.

Esta cifra es muy elevada”, advirtió Grande, quien alertó de que “los desórdenes de la conducta alimentaria han alcanzado en los países desarrollados proporciones alarmantes”, principalmente entre mujeres adolescentes y adultas jóvenes.

La experta señaló también que el índice de recaídas es muy elevado, entre el 40 y el 60%, por lo que insistió en la importancia de prevenir estas enfermedades.

LA TELE NO TIENE TODA LA CULPA

Entre los factores desencadenantes de estos trastornos, Grande citó “la falta de autoestima, un perfeccionismo excesivo, los problemas para las relaciones sociales y una mala relación con la familia”, a los que habría que añadir “la presión social y el culto a la excesiva delgadez que difunden los medios”.

Por ello defendió vivamente la necesidad de que los padres se impliquen, para detectar a tiempo la aparición de estas conductas y fomentar actitudes positivas en los hijos”.

“Es preciso impulsar en los adolescentes una actitud crítica respecto a la presión ambiental de la publicidad, mejorar su autoestima y enseñar pautas de alimentación saludable y ejercicio físico”, señaló Grande.