Según informó la Policía, la operación, realizada a finales del pasado año, ha tenido como objetivo específico reducir las llegadas irregulares a puertos como los de Málaga, Almería o Motril de personas que se esconden en barcos, de recreo o de carga, que parten de las ciudades españolas del norte de África.

Durante el mes que duró el dispositivo, la llamada la Brigada de Respuesta a la Inmigración Clandestina reforzó los controles tanto en los recintos portuarios, como en los propios buques, lo que permitió detectar casi medio millar de tentativas para cruzar el Estrecho de este modo, la mayoría por parte de menores

DIVERSOS PROCEDIMIENTOS

Algunos de los intentos fueron protagonizados por los mismos sujetos, que en reiteradas ocasiones trataron de acceder a la Península. Muchos de ellos fueron descubiertos por los agentes ocultos en los bajos o huecos exteriores de camiones listos para embarcar.

Los inmigrantes se esconden entre la chatarra u otras mercancías que se encuentran almacenadas a la espera para ser cargadas, procedimientos especialmente peligrosos.

También intentaron acceder corriendo por las rampas de acceso de los barcos provechando el descuido del personal de las navieras que supervisa el embarque. En ocasiones amenazaban a los empleados de los barcos o trepaban por las pasarelas de embarque, que normalmente se encuentran a bastante altura.