El doctor Ros, que presentó hoy en Madrid el libro "Impulsividad", primera monografía sobre este tema en castellano, explicó que todos los seres humanos en algún momento de su vida piensan en el suicidio, aunque pocos lo llevan a cabo. La impulsividad sería el factor que explicaría esta decisión.

Aclaró que la impulsividad adaptativa es un comportamiento normal de ls personas, un rasgo que en nuestra sociedad es admirado por generar respuestas rápidas. "Es su intensidad la que determina la patología. Son individuos que no pueden demorar la satisfacción de una necesidad", añadió.

Entre un 10 y un 15% de la población padece estos problemas que no se dan en forma pura, sino que como síntoma de otros patologías psiquiátricas. La forma más pura sería el trastorno explosivo intermitente, que se caracteriza por la presencia de episodios repetidos de agresividad explosia (verbal y física), que produce posteriormente arrepentimientos y vergüenza.

Según el doctor Gabriel Rubio, jefe de los Servicios de Salud Mental del Distrito de Retiro de Madrid, en las unidades de Psiquiatría cada vez se están viendo más pacientes con estos trastornos. "Vivimos en una cultura en la que cada vez se soporta peor el dolor, la ansiedad y la frustración, y queremos soluciones rápidas. Todo ello produce un riesgo a desarrollar estas conductas".

Apuntó que también es una característia en trastornos psicóticos y de pacientes esquizofrénicos o con otras psicosis, que dan lugar a actitudes de hostilidad.

Ambos especialistas se felicitaron por la aparición de un antiepiléptico (topiramato), que ya ha demostrado su eficacia en en patología de la alimentación (sobre todo en bulimina y atracones), en toxicodependencias y en varios trastornos de la personalidad.