Así lo indicó el director general de Catalana Occidente, Francisco Arregui, durante la presentación de los resultados del tercer trimestre, al afirmar que la compañía ha constatado “una mayor preocupación de nuestros clientes, sobre todo relacionada con el conjunto de nuestros productos de ahorro”.

Sin embargo, Arregui subrayó que “es pronto para cuantificar el impacto” y que no se habían detectado “movimientos significativos” hasta el cierre de septiembre. “Si lo hay es ya en octubre pero puedo anticipar que el impacto es muy moderado y en absoluto significativo” explicó.

Sobre esta misma cuestión Arregui reconoció que “la actual situación esta generando incertidumbre e inseguridad y esto es malo para todos” y argumentó que esta era la razón por la que el Consejo de Administración de la compañía decidió el 10 de octubre trasladar su sede social a Madrid.

En este sentido, Arregui defendió que esta decisión se tomó “siendo plenamente conscientes” de que la obligación de la entidad es preservar los intereses de sus trabajadores, clientes y accionistas y que el traslado corresponde a la búsqueda de un marco estable y seguridad jurídica.

MADRID

Preguntado por las razones que llevaron a la compañía a elegir Madrid como su nueva sede social, Arregui señaló que “Madrid era ya uno de los principales centros operativos del grupo” así como donde albergan varias plataformas operativas. “La decisión era obvia” zanjó Arregui sobre esta cuestión.