El Supremo confirma una condena dictada por un delito de tráfico ilegal de órganos

MADRID
SERVIMEDIA

La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha confirmado las penas de hasta seis años de prisión por un delito de tráfico ilegal de órganos impuestas por la Audiencia Provincial de Barcelona a tres miembros de una familia y a un amigo de la misma, que ofrecieron 6.000 euros a un ciudadano marroquí en situación irregular en España y que vivía de la mendicidad para trasplantar uno de sus riñones a uno de los condenados que estaba enfermo.

Según informó este lunes el Supremo, no es admisible una actuación por vía de hecho “dirigida a procurarse un órgano a espaldas del ordenamiento y de los principios que lo informan y que dan razón de ser al sistema público de trasplantes diseñado según los principios básicos de actuación de altruismo, gratuidad, solidaridad y objetividad en la asignación de los órganos para el trasplante”.

La Sala de lo Penal destacó que el propio sistema nacional de trasplantes establece un sistema nacional altruista y solidario para la obtención y distribución de órganos para su trasplante a enfermos que lo necesiten.

Los magistrados explican en la resolución que el condenado Toni Radosavljevic padecía una enfermedad renal y que, después de someterse a sesiones de diálisis, se le preparó para un trasplante de riñón. Se le informó de la regulación existente y su expediente fue remitido al hospital de Bellvitge. Como no tenía tarjeta sanitaria, se hacía pasar por su hermano Django, también condenado, cada vez que iba al médico.

PEDÍA LIMOSNA

El padre y sus dos hijos, con la ayuda de Oussama El Khalifi, planearon aligerar el tiempo para el trasplante renal buscando a un donante compatible con el enfermo, para que, a cambio de una cantidad de dinero, se presentara ante los médicos como un amigo de la familia y someterse al trasplante de riñón contraviniendo los requisitos legales.

El donante era un ciudadano marroquí, en situación irregular en España, con problemas para expresarse en español, que pedía limosna y vivía en una casa ocupada por personas sin techo en L’Hospitalet de l’Infant, Tarragona. Aceptó someterse al trasplante de uno de sus riñones a cambio de 6.000 euros y acudió al hospital donde se comprobó que era compatible con el enfermo.

Después le llevaron a la Notaría para firmar una escritura pública en la que manifestaba que era amigo de Toni y la autorización para el trasplante, que iba a realizar de forma gratuita y por amistad. Sin embargo, el donante se arrepintió y se negó a firmar en la Notaría. Después el padre, su hijo Django y Oussama fueron a buscarle a la vivienda donde le causaron varias lesiones.

El padre y jefe del clan familiar fue condenado por un delito de tráfico de órganos pero también por coacciones por lo que en su caso la pena es de seis años y seis meses de prisión. Su hijo Django, a seis años de prisión por un delito de tráfico de órganos y otro delito de usurpación de estado civil. La pena para su hijo, Toni, el que necesitaba el trasplante, por estos mismos delitos es inferior -cuatro años y medio de prisión- al aplicarse un subtipo atenuado del delito de tráfico de órganos por ser el receptor. Por último, el amigo que buscó el donante fue condenado a seis años de prisión por un delito de tráfico de órganos.

(SERVIMEDIA)
06 Nov 2017
ABG/nbc