Así lo revela una encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) a un total de 898 consumidores y que está enmarcada en el proceso de "discusión" en el que se encuentra el proyecto de legislación farmacéutica europea, según precisó la asociación en un comunicado.

Tras puntualizar que dicho proceso ha alcanzado ya "las últimas fases", señaló que, entre las iniciativas para “mejorar” el acceso de los pacientes a los fármacos, se contempla la posibilidad de “reemplazar" el prospecto en papel de los medicamentos por información del producto en versión electrónica.

La organización explicó que, en algunos hospitales españoles, el cambio ya se ha puesto en marcha de forma “experimental” con algunos fármacos de uso hospitalario y advirtió de que, al igual que el resto de asociaciones de consumidores del grupo Euroconsumers en Italia, Bélgica y Portugal, es “favorable” al uso de un código QR que contenga la información del prospecto, pero “en ningún caso a que sustituya al prospecto en papel”.

La encuesta también desvela que el 80% de consultados lo lee al tomar el medicamento por primera vez y hasta un 88%, cuando lo toma por iniciativa propia. Además, preguntados por la información que buscaron la última vez que leyeron un prospecto, cuatro de cada diez buscaron para qué estaba indicado el medicamento y una cuarta parte se interesó por los posibles efectos no deseados, por las contraindicaciones y por toda la información en general.

Asimismo, si, tras tomar un medicamento, sufre algún tipo de efecto secundario “no grave”, el 44% vuelve a leer el prospecto, según la encuesta.

Solo el 8% se decanta por leer el prospecto en formato digital, el 74% cree que el prospecto en papel debe permanecer y el 70% está de acuerdo con que un código QR es “mejor que el papel para el medio ambiente”.

Con todo, solo el 61% utilizó “alguna vez” un QR, un 33% ha oído hablar de ellos pero no los ha utilizado nunca, y un 6% no conoce ni su existencia.

La OCU defendió que la información del prospecto resulta “vital” para la “mayoría” de las personas antes de tomar un medicamento y se mostró convencida de que, “si solo pudiera consultarse en soporte electrónico, supondría la exclusión a su acceso para muchos pacientes” que carecen de habilidades digitales básicas -ocho de cada diez mayores de 55 años, según el INE-, no tienen conexión ‘online’ o tienen dificultades para utilizar dispositivos electrónicos.

Por ello, abogó por que en los envases se añada un código QR para enlazar con la versión ‘online’ de los prospectos, consciente de que este código de acceso digital es un sistema “práctico, cómodo y mejor para el medio ambiente, pero a día de hoy su difusión es aún demasiado limitada como para que se convierta en el medio exclusivo de acceso al prospecto”.