En la rueda de prensa posterior al Comité de Dirección del partido, González Pons se refirió así al acto conjunto que celebraron ayer en Bilbao Eusko Alkartasuna (EA) y la llamada izquierda abertzale, escenificando un acuerdo que se especula podría cristalizar en una candidatura conjunta a las elecciones municipales de 2011.

Para el dirigente popular, “Batasuna y ETA bajo ningún concepto pueden presentarse a las próximas elecciones municipales” y “contaminan cualquier lista a la que se acerquen, por limpia que esté”. Detalló que con ello se refiere a listas con miembros relacionados con Batasuna, coaliciones, avales, apoderados o “complicidad expresa”.

“Es una cuestión moral, ética y de dignidad de la democracia”, reivindicó, criticando que en el acto de ayer “se equiparaba la aplicación del Estado de derecho”, en referencia a la Ley de Partidos, “y la violencia terrorista”, mientras no se hacía “ninguna apelación a ETA ni al abandono incondicional de las armas”. Según González Pons, “es el principio de un camino que el PP no quiere que se recorra ni un solo metro.”

A preguntas de los periodistas, González Pons aclaró que con sus palabras no estaba defendiendo ilegalizar EA, pero que “cualquier sigla” que se acerque a Batasuna “se contamina” y EA entra dentro del conjunto de todas las siglas. “Uno está en situación de legalidad hasta que se sitúa en posición de ilegalidad”, argumentó, añadiendo además que la palabra “contaminar” no es una mera metáfora sino que tiene total “validez jurídica”. “Es cuando una cosa se convierte en otra por contacto”, aseguró.

El dirigente popular también tuvo palabras para el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, y su defensa de que sería conveniente que Batasuna tuviera presencia en las instituciones en una hipotética fase terminal de ETA. “Nos llama poderosamente la atención que Eguiguren esté dando esperanzas a ETA”, señaló, calificando de “juego de poli bueno, poli malo” el que el socialista vasco diga una cosa y el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, lo contrario. “El PSOE es responsable de lo que sus dirigentes dicen y no dicen”, acusó, exigiéndole que se “aclare”, que se ponga a un lado o al otro y que muestre “máxima responsabilidad porque no es un juego de broma”.