La movilidad geográfica en España se ha estancado tras la pandemia ya que las cifras de traslados, tras un repunte en 2021, se han estancado o incluso bajado más que en 2022 especialmente entre los parados, según el informe ‘Movilidad laboral y geográfica en el contexto nacional’ elaborado con datos recogidos por el INE y analizados por la Unión Sindical Obrera (USO).

El informe también revela que tres de cada diez trabajadores no han cambiado de residencia desde su nacimiento. En 2023, únicamente se desplazó un 2,59% de los ocupados, una cuarta parte de ellos lo hizo a otro país. Sin embargo, la mayoría de los desplazamientos se dan en el ámbito de la propia provincia.

Las cifras de traslados, tras un repunte en 2021, se han estancado o incluso bajado más que en 2022, especialmente entre los parados. Así, a partir del estudio USO afirma que la movilidad geográfica se ha estancado en España tras la pandemia.

Entre los parados la movilidad tampoco es alta ya que exclusivamente el 4,43% ha cambiado de municipio en el último año.

Por sectores, el mayor número de ocupados se movió en servicios, que es en términos absolutos el que agrupa al mayor número de personas trabajadoras. En términos relativos se desplazó un porcentaje mayor en construcción. Los que más estabilidad generan son agricultura e industria.

La secretaria de Comunicación y Gestión de Proyectos de USO, Laura Estévez, explica que en el caso de la agricultura hay dos tipos de trabajadores muy diferenciados. “Los temporeros, que provocan ese porcentaje de movilidad, y los estables, que, por la propia naturaleza del trabajo, están pegados a un territorio”, indica, por lo que “sin esa dependencia de la tierra, podemos decir que la industria es la que genera puestos de trabajo más estables y un mayor arraigo en un lugar”.

OBSTÁCULOS

USO advierte de que, además de las posibles trabas personales y familiares, las personas en paro se encuentran con obstáculos para conseguir un trabajo fuera de su ámbito. La organización cree que el primero de ellos es la propia estructura del Servicio Público de Empleo, el cuál "debe dejar de ser un mero gestor de prestaciones y cumplir con su cometido de casar vacantes con demandantes de empleo".

Para ello, apela a una mayor colaboración entre las oficinas autonómicas y, sobre todo, reforzar las plantillas para que los trabajadores dediquen tiempo a cada demandante, con itinerarios y orientación laboral personalizada.

Además, USO considera necesaria más formación para los parados. Por un lado, formación profesional con futuro laboral, en función de las vacantes reales y, por otro, en competencias digitales que otorguen autonomía a los demandantes de empleo para buscar trabajo fuera de su límite territorial.

Por último, destaca que la vivienda es "un gran impedimento" para buscar trabajo fuera del municipio. "Una persona en paro, a veces sin ingresos, no puede permitirse ese salto al vacío de buscar empleo fuera o, incluso pudiendo irse con un contrato cerrado, el precio y el resto de condiciones de acceso a una vivienda son inasumibles”, concluye Estévez.