Dieciséis jóvenes con síndrome de Down llegan a Santiago tras recorrer a pie 115 kilómetros

SANTIAGO DE COMPOSTELA
SERVIMEDIA

Dieciséis chicos y chicas con síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales de la Fundación Síndrome de Down de Madrid, llegaron a Santiago de Compostela tras recorrer 115 kilómetros desde Sarria (Lugo).

Durante los diez días de viaje los jóvenes caminaron, mochila al hombro, entre 10 y 20 kilómetros diarios, acompañados de seis monitores, entre los que se encontraban la presidenta de la FSDM, María Barón, y el patrono Enrique Agudo. Asimismo, contaron con un vehículo de apoyo que les llevaba el equipaje cedido por PSA Peugeot Citröen.

Al llegar a Santiago, la presidenta de la Fundación Síndrome de Down de Madrid, María Barón, explicó que había sido una experiencia muy positiva. "Para ellos ha sido todo un reto y una posibilidad de integración", afirmó.

Por su parte, el patrono Enrique Agudo destacó que no hubo ningún contratiempo durante el recorrido, salvo las "ampollas y el cansancio físico" provocado por el esfuerzo. Agudo confesó que el trayecto fue un "éxito rotundo" y que estaban todos "súper contentos”.

Esta II Edición del Camino de Santiago, organizada por la Fundación Síndrome de Down de Madrid, forma parte de un programa de inclusión de la sección deportiva de la FSDM, que pretende favorecer y fomentar la integración social y la participación normalizada de personas con síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales en programas de vacaciones, en los que convergen tres de los aspectos fundamentales para el desarrollo de la autonomía y la salud de las personas con síndrome de Down o discapacidad intelectual: cultura, ocio y deporte.

A lo largo de todo el Camino, los jóvenes disfrutaron de zonas con gran belleza y magníficos paisajes, experimentaron nuevas sensaciones gastronómicas y compartieron experiencias que les supusieron un crecimiento personal y un gran ejercicio de integración social. Por ello, cada día de la ruta se otorgaba un premio en forma de concha a los dos peregrinos que más se esforzasen y ayudasen a los compañeros con mayores dificultades.

Al llegar a Santiago, el grupo se dirigió a la Plaza del Obradoiro para sellar su acreditación y obtener la Compostela y a continuación, visitaron las cubiertas de la Catedral de Santiago. Por la noche, celebraron una “cena especial” con todos los familiares que les estaban esperando a su llegada a Santiago. Como colofón del viaje, a la mañana siguiente, antes de emprender el regreso a Madrid, asistieron a la celebración de la “Misa del Peregrino”.

(SERVIMEDIA)
12 Jul 2010
HFD/lmb