En una rueda de prensa celebrada en el Congreso de los Diputados, Llamazares explicó que votará en contra, a pesar que los “elementos complementarios que mejoran algo” la reforma laboral gracias a iniciativas de IU-ICV.

En este sentido, explicó que se ha avanzado en la igualdad de género para acabar con las diferencias salariales que se producen en detrimento de las mujeres, el carácter formativo de los contratos de los jóvenes, para que no se utilicen como una fórmula de contratación precaria de los jóvenes, o las bonificaciones, para que no sean algo generalizado, sino para que sirva para ayudar a los colectivos más discriminados y que tienen más dificultades en el mercado laboral, como las mujeres maltratadas.

Aún así, el Gobierno “no va a poder contar ni con la izquierda social, que en la calle contestará con una huelga general, ni con la izquierda política”, dijo Llamazares, para quien el informe de la ponencia sobre la reforma laboral acentúa los problemas que ya existen, como la precariedad del empleo y la facilidad del despido, y desequilibra las relaciones entre empresarios y trabajadores.

Llamazares expresó su esperanza en que de hoy a mañana, cuando se reunirá la Comisión de Trabajo para estudiar el informe de la ponencia de la reforma laboral, se “desactive” la propuesta para que el Fogasa financie los despidos improcedentes, porque sería una “vergüenza” para la Administración Pública. También confía en que no se incluya en el texto el absentismo como razón para el despido.

Para Llamazares, el PSOE sabe que no cuenta con el voto de la izquierda y orienta fundamentalmente sus acuerdos al centro y la derecha, PP y nacionalistas, “con ganas de agradar pero sin mucho margen de maniobra porque esta reforma está hecha para pactar con la derecha, no con la izquierda”.