No obstante, la respuesta es condicional en la mayoría de los casos, ya que los encuestados afirman que la diferencia de precio no debería ser superior al 10 por ciento. Además, un 6,2 por cien matiza que dependería del tipo de producto.

En todo caso, sólo un 3,4 por ciento manifiesta abiertamente que no desistiría de emplear ningún producto, aunque fuese contaminante, mientras que un 1,4 por cien o se pronuncia.

Para un 18 por ciento de los encuestados, basta con ser conscientes y actuar con sentido común para cambiar hábitos de consumo que repercuten negativamente en el entorno. Sin embargo, uno de cada diez estima que el mayor peligro para el medio reside en la sociedad consumista en que vivimos.

Sobre la responsabilidad en la adopción de iniciativas para mejorar el medio ambiente, un 50,4 por cien piensa que reside principalmente en los propios ciudadanos, frente a un 30,4 por cien quese la atribuye a la Administración, un 13,3 por cien a los fabricantes y un 3 por cien a las asociaciones de consumidores y las organizaciones ecologistas.

Finalmente, sólo un 16 por cien de los encuestados considera suficiente la información sobre cuestiones medio ambientales. Un 83,4 por cien entiende que, además de insuficiente, es dispersa, difusa, y sesgada por intereses comerciales.

Las fuentes de información son para un 20,4 por cien de los encuestados la televisión, para un 18,2 por cien as revistas especializadas, para un 16,4 por cien la prensa diaria, y para un 12 por cien la radio.

Además, otro 12,9 por cien recibe información a través de actividades educativas (exposiciones, jornadas, seminarios, etc), un 3,6 por cien mediante las organizaciones de consumidores y un 6,2 por cien no recibe ninguna información.