Según informa la asociación El Defensor del Paciente, Heliodoro V. C., de 65 años, fue sometido en enero de 2004 a un tratamiento de puvaterapia con el fin de eliminar las manchas y picores en su espalda producidos por una parapsoriasis.

Según esta asociación, en ningún momento se le indicaron al paciente los riesgos o complicaciones que podían surgir durante la terapia ni de la existencia de alternativas a la misma, privándosele por tanto de tomar una decisión libre e informada.

En las instrucciones que se le facilitaron antes de iniciar el tratamiento se le informó únicamente de las precauciones relacionadas con la utilización de las gafas de sol y de la posibilidad de que sintiera un ligero picor y sequedad en la piel, pero en ningún momento de los riesgos que podía conllevar el tratamiento.

El 23 de enero de 2004, cuando el hombre acudió a su sesión de puvaterapia, la dermatóloga que le atendía le explicó que la máquina estaba averiada, pero que se trataba solamente del temporizador, por lo que no debía preocuparse.

Alrededor de las cinco de la mañana del día siguiente, el paciente tuvo que acudir al Servicio de Urgencias del Hospital Virgen de la Concha por quemaduras de primer y segundo grado, lo que le obligó a permanecer ingresado en el centro durante cinco días.

La sentencia reconoce la responsabilidad de la Administración por el error cometido en el cálculo del tiempo al que fue sometido el paciente al tratamiento.