Durante una rueda de prensa en el Palacio de La Moncloa junto al secretario general de la OTAN, Zapatero aseguró que "el Gobierno, por supuesto, va a mantener" en sus mismos términos el articulado de la reforma laboral, especialmente "una vez que ha sido aprobado por el Parlamento".

"La reforma está aprobada por el Parlamento y confío en que va a dar resultados positivos, eso lo traslado a las organizaciones sindicales para que hagan una valoración una vez que esté en vigor después de unos cuantos meses", dijo.

No obstante, se mostró dispuesto a dialogar y llegar a acuerdos con los sindicatos en futuras reformas que pretende poner en marcha, como la modificación del sistema de pensiones.

Advirtió de que la agenda de reformas que planificó el Gobierno antes del verano y que explicó en el Debate sobre el Estado de la Nación "se va a cumplir" porque la economía y el mercado laboral español "necesitan reformas y hay que hacerlas ahora". "Hay que hacer sacrificios", sentenció. "Si no, no saldremos con fuerza de la crisis".

Zapatero no quiso entrar a responder a las peticiones de dimisión que los sindicatos reclamaron ayer durante un acto multitudinario en la Plaza de Toros de Vistalegre. De ese modo, dijo querer demostrar que acepta bien las "críticas".

No obstante, pidió "pasar de las críticas al debate sobre los contenidos" e insistió en que "nadie puede estar satisfecho con nuestro marco de relaciones laborales" actual, sobre todo cuando en los dos últimos años se han ido al paro más de dos millones de personas y se ha duplicado la tasa de desempleo.

Por eso, pidió hacer "una reforma que nos acerque a Europa" en mercado laboral, con "más flexibilidad" para las empresas de modo que puedan adaptarse al mercado y que, sobre todo, les permita crear empleo "cuando la economía crezca".