Fue el propio Ábalos el que anunció su decisión en redes sociales tras decidir, ayer mismo, que renunciaba a la defensa de su abogado, José Aníbal Álvarez, por “diferencias irreconducibles” en la estrategia de defensa.

En el escrito remitido al Supremo, Ábalos dice: “Dada mi voluntad de cumplir con mi comparecencia ante la Sala II del Tribunal Supremo a fin de prestar declaración mañana día 15 de octubre de 2025, y dado también que en el día de ayer he renunciado a la asistencia de quien hasta ahora ejercía la representación de mi defensa, en tanto en cuanto no designe un nuevo abogado, he tenido a bien solicitar al Tribunal Supremo un abogado de oficio para que me pueda asistir en el día de mañana”.

El escrito presentado por el exministro está firmado por su procurador, que actúa en su nombre y representación y que pide al juez que “libre oficio al Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, a fin de que le sea designado” un abogado de oficio “que le defienda en estas actuaciones, y le asista a la declaración acordada practicar”.

José Luis Ábalos decidió este lunes renunciar a la defensa del que ha sido su abogado hasta ahora. A partir de esta situación, el exministro podía haber solicitado un aplazamiento de su comparecencia para designar nuevo abogado u optar por pedir un abogado de oficio que le represente mañana.

En su escrito de renuncia, Ábalos argumentaba que esas "diferencias" entre él y su abogado, "lejos de constituir una circunstancia puntual en el tiempo, se han convertido en una constante". De ahí que no dude en apuntar que "hace inviable el mantenimiento de la asistencia letrada, pues se ha producido un deterioro irreversible de lo que debiera ser una relación basada en la confianza".

El extitular de Transportes señaló al respecto que "tras distintos episodios de desacuerdo, acompañado del ambiente generado en el contexto de los medios de comunicación, la relación entre nosotros se ha visto interrumpida", añadiendo que se ha llegado hasta el punto de que "el firmante, que no es abogado, se tiene que preparar su declaración por sí solo".

Queda en el aire si finalmente Ábalos prestará declaración o se acogerá a su derecho a no declarar. En los últimos días, el exministro ha asegurado en declaraciones a medios de comunicación que enviar a prisión preventiva a un aforado sería ilegal.

La comparecencia del exministro tiene que ver con el contenido del último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que detectó “desembolsos” de 95.437 euros del exministo que provendrían de “ingresos no declarados”.

El magistrado también ha citado un día después al que fuese asesor de Ábalos, Koldo García, tras señalar la Guardia Civil que junto a su mujer era “custodio y gestor” del dinero con el que se sufragaban gastos del exministro.

El juez instructor considera que el informe de la UCO profundiza en “los indicios de criminalidad que ya constaban” en el procedimiento respecto a Ábalos y a su exasesor. Señala además que ambos podrían haber mantenido entre sí “métodos no trasparentes de comunicación de sus respectivos patrimonios, recibiendo indistintamente ingresos irregulares y opacos de diversa procedencia, eventualmente fruto de la comisión de los graves ilícitos penales que se les atribuyen”.

También apunta el magistrado que hay indicios de que Ábalos podría “haberse beneficiado de alguna fuente irregular de ingresos” y que ello se correspondería con “recepciones ilícitas de dinero en metálico” que serían entregadas para ambos a Koldo García “por un tercero o por varios”.