A través de este sistema, que se aplica por cuarto año consecutivo, los contribuyentes que no están obligados a presentar la declaración de la Renta pueden obtener de forma rápida y sencilla la devolución que les corresponde por las retenciones que les hayan practicado durante el ejercicio 2002.

Los ciudadanos que se podrán beneficiar de esta devolución son los que hayan percibido unos rendimientos del trabajo procedentes de un único pagador no superiores a unos 21.000 euro brutos anuales, o procedentes de varios pagadores si la suma del segundo y sucesivos no supera la cantidad de 600 euros brutos anuales.

Para solicitar la devolución rápida del IRPF, los contribuyentes sólo tienen que comunicar los datos personales, número de hijos, lugar de residencia, número de cuenta bancaria y la asignación tributaria, para que la Agencia Tributaria efectúe los cálculos y pueda proceder a la devolución que corresponda en cada caso, que se efectúa con gran rapidez.

La Agencia ributaria espera recibir algo más de 1,6 millones de declaraciones, que podrían empezar a abonarse a partir de mediados de marzo.