Así lo explicó Acnur a través de un comunicado en el que también estima que, desde agosto de 2023, alrededor de 1.500 niños que llegaron a Canarias solicitaron asilo en España. La mayoría, cerca del 70%, son de nacionalidad maliense, seguidos de menores procedentes de otros países de África Occidental. Del total, un 9% son niñas y un 22% tienen menos de 16 años.

Hasta la fecha, España concedió protección en el 65% de los 700 casos de solicitantes ya resueltos, aproximadamente. En el caso de las niñas, este porcentaje se eleva al 80%, debido a las formas específicas de persecución que enfrentan por razón de género.

Acnur incidió en que entre los menores que llegan a las costas españolas se encuentran niñas que huyen de “graves” vulneraciones de derechos humanos motivadas por razones de género, como el matrimonio forzoso o la mutilación genital femenina. Otros menores sufrieron distintos tipos de violencia sin haber podido acceder a mecanismos efectivos de protección en sus países de origen.

Asimismo, Acnur identificó casos de niños con orientación o identidad sexual diversa que enfrentan discriminación, normas sociales restrictivas y la falta de protección legal, situaciones que pueden tener consecuencias profundas e irreversibles para su desarrollo físico, emocional y psicológico.

Además, los niños que llegan solos a España se enfrentan a “numerosos riesgos”, entre ellos la trata de personas para la explotación sexual o laboral, y otras formas de abuso y violencia. Muchos atravesaron antes experiencias “profundamente traumáticas” durante el viaje, como la separación de sus familias, la falta de alimentos, la ausencia de atención médica o la imposibilidad de acceder a un refugio seguro.

La representante de Acnur en España, Grainne O’Hara, indicó que muchos de los niños que llegan solos a España también dejaron atrás hogares “marcados por la guerra, la violencia o la persecución”. Por ello, la “prioridad” de su entidad es “garantizar que reciban la protección, acompañamiento y acceso a derechos que no pudieron encontrar en sus países de origen”.

En concreto, entre los menores no acompañados que llegaron a España los últimos años, un número significativo procede de países del Sahel central, como Malí, donde la violencia, los conflictos, la inestabilidad y el impacto de crisis climáticas provocaron desplazamientos de más de cuatro millones de personas.

Esta región registra un “deterioro grave” de la seguridad, marcado por ataques de grupos armados, desplazamientos internos, y la huida de personas refugiadas a los países vecinos, lo que llevó a cada vez más niños a emprender rutas “peligrosas” en busca de seguridad en Europa.

ACCIONES

Entre las acciones que está realizando Acnur para apoyar a las autoridades españolas se incluyen la formación de profesionales y el uso de herramientas que refuerzan la identificación de niños en necesidad de protección internacional y de sus necesidades específicas. Este trabajo facilita su acceso al procedimiento de asilo y asegura una tramitación “ágil y justa”, incorporando un enfoque de infancia.

Acnur también contribuye a fortalecer la coordinación entre las distintas administraciones responsables de la protección de estos niños, especialmente en un contexto de contingencia migratoria, como en Canarias.

En este territorio, la organización trabaja junto a las autoridades y los centros donde se encuentran los menores para garantizar un contacto directo con ellos, conocer su situación individual, identificar necesidades específicas y contribuir a la determinación del interés superior del menor. Además, les proporciona información y orientación sobre el sistema de asilo y sus derechos en España.