Según explicaron las entidades, este acuerdo sienta las bases para la participación conjunta de ambas en el diseño y ejecución de proyectos de investigación centrados en mejorar la prevención, el diagnóstico y el seguimiento clínico de las personas afectadas.

Se pondrán en marcha campañas de sensibilización y capacitación comunitaria, actividades psicoeducativas para personas cuidadoras, y acciones divulgativas en distintos ámbitos como el de la salud cerebral, el impacto del alzhéimer y otras demencias, proyectos de investigaciones biomédicas, el apoyo a la autonomía y los cuidados o la inclusión cognitiva.

Además, ambas entidades aunarán esfuerzos para contribuir a la desestigmatización de las demencias, promoviendo la participación de las personas con deterioro cognitivo en la sociedad y la reivindicación de sus derechos. Asimismo, colaborarán en acciones ante autoridades sanitarias y sociales para mejorar el abordaje del Alzheimer y la defensa de los derechos de las personas afectadas y cuidadoras.

El presidente de Afaga, Juan Carlos Rodríguez, señaló que este acuerdo supone, para su entidad, “dar un paso más” para profundizar en el ámbito de la investigación y la innovación sobre el alzhéimer y otras demencias neurodegenerativas y en la puesta en marcha de acciones y proyectos conjuntos entre las asociaciones.

Por su parte, la presidenta de la Fundación Pasqual Maragall, Cristina Maragall, destacó que en la fundación investigan para “encontrar una cura efectiva a la enfermedad de Alzheimer”, pero también para “cambiar su consideración social y su desestigmatización”. Por ello, se mostró ilusionada de iniciar esta colaboración con una “asociación con la que compartimos el objetivo de buscar soluciones para las personas con alzhéimer y sus familias”.

Actualmente, se estima que en España hay más de 900.000 personas afectadas por alguna demencia neurodegenerativa, de las cuales 120.000 se encuentran en Cataluña y 68.308 en Galicia (8.786 solo en la ciudad de Vigo). El alzhéimer es responsable del 75% de los casos de demencia, una cifra que, de no encontrarse tratamientos modificadores, podría duplicarse en el año 2050.