Aunque el Ejecutivo es consciente de que una medida de ese tipo dejará insatisfechas a todas las partes y comunidades implicadas, reduciendo la cantidad solicitada (60 hectómetros cúbicos) para regadío daría la sensación de que nose posiciona a favor de una determinada región, en detrimento de otra u otras.

Sin embargo, el ministro de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente, José Borrell, ya advirtió ayer sobre los riesgos que entraña una solución de este tipo, cuando aseguró que "ni Salomón" sería capaz de apaciguar los ánimos.

El Consejo de Ministros analizará mañana la petición de trasvasar 60 hectómetros cúbicos para regadío, ya que la comisión de explotación del trasvase aprobó recientemente otro de 15 hectómetrs cúbicos para el abastecimiento urbano, que por lo tanto no necesita del visto bueno del Ejecutivo.

Si el Gobierno aprueba el trasvase de los 60 hectómetros cúbicos, el volumen de agua trasladada desde la cabecera del Tajo al Segura desde el pasado mes de octubre ascendería a 255 hectómetros cúbicos.

No obstante, el Ejecutivo podría reducir la cantidad solicitada y priorizar el abastecimiento de aquellos regadíos que requieran una solución más urgente.